La primera vez que Miles se topó con la flor en su ventana, pensó que pertenecía a sus padres.
Una tarde, en la que Miles regresaba de vigilar Brooklyn, se topó con un objeto inusual en el borde de su ventana. Se detuvo en la escaleras, mirando la flor con confusión. ¿Cómo llegó esa flor hasta su ventana? Fue una pregunta banal, casi instantánea, pero Miles no le prestó mucha atención. La tomó entre sus manos, tan delicadamente como si temiera que pudiera desbaratarse. Casualmente, se trataba de una margarita, una de las flores favoritas de Miles, por no decir que es la única flor que realmente adora.
Quizás sus padres lo dejaron ahí, como un pequeño regalo por su arduo trabajo como estudiante. Hace unos días atrás, estuvo en semana de exámenes, por lo que no tuvo mucho tiempo de hablar con ellos. Esta era su forma de felicitarlo, una simple pero agradable.
Miles se adentró en su cuarto, asegurándose de que nadie pudiera verlo con su traje y se desvistió. Una vez que tuvo un atuendo mucho más acorde, inspeccionó su habitación. No había señales de que sus padres hubieran ingresado, la puerta estaba cerrada con seguro como la última vez que él la había dejado, la manija no parecía haber sido forzada.
Entonces... Si sus padres no entraron en su habitación, ¿cómo llegó esta flor hasta su ventana?
Resulta que sus padres no dejaron la flor en su habitación.
Cuando Miles se atrevió a mencionar la flor en la cena familiar, los dos lo miraron confundidos, sin tener idea de lo que Miles estaba hablando. Las sospechas comenzaron a surgir en la mente de Miles, y un sinfín de preguntas revolotearon de un lugar a otro. Trató de hallarle lógica, por todos los medios, pero lo único que se le ocurría era que la flor había llegado volando, cayendo accidentalmente en su ventana.
Eso suena muy estúpido, Miles.
Pero era mucho mejor que no tener respuesta.
Procuró tener la flor bajo su cuidado, alimentándola con luz y un poco de agua. Ordenó su habitación con antelación, buscando un lugar ideal en dónde poner la delicada flor. Al final, el jarrón (tomó prestado un jarrón de la sala, hablaría con su mamá luego, esto era mucho más importante) se asentó en su escritorio, combinando con su habitación y otorgando un poco más de vida.
Tal vez tener una flor no era tan malo después de todo.
Una nueva flor apareció, en este caso, se trató de un hermoso tulipán blanco.
El lugar en donde apareció fue el mismo, en el borde de su ventana, reposando tan pacíficamente como si realmente perteneciera allí. El emparedado que Miles tenía en la boca cayó al suelo, repentinamente sorprendido por la nueva aparición.
Okay, esto es demasiado extraño, pensó Miles.
Con más preguntas que respuestas, se adentró en su habitación, buscando el jarrón en donde había dejado la primera flor. Dos flores en su ventana, en el mismo lugar, a la misma hora... Esto no podía ser una simple coincidencia. Si antes fue tonto pensar que la margarita llegó volando hasta su ventana, la idea de una segunda flor pasando por el mismo trayecto se sintió estúpido. Alguien tenía que estar involucrado en esto, lo suficiente como para saber las horas en las que él no se encontraba en casa. ¿Un admirador secreto, tal vez?
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Sunflower (Miguel O'Hara x Miles Morales)
FanficMiles comienza a recibir flores en la ventana de su casa. Pensando que se trataba de un admirador secreto, decide investigar al respecto.