Capitulo 16, "En contra"

779 60 53
                                    

Juan seguía llorando sin parar, en ese momento Spreen se preocupó ¿Acaso pasaba algo malo?

– Deja de llorar, no quiero hacerlo yo. -Lo abrazo y se escondió en su pecho.

– Tengo miedo...

El híbrido lo vió fijamente preocupado.

– ¿Por qué? Ya te dije que no lo hago solo por obligación.

– No es eso, solo que siento esto tan distinto. Hace poco nosotros ni siquiera teníamos contacto alguno. Para muchas personas ni siquiera somos ni conocidos y ahora de la nada nos casamos. ¿Que va a decir mi padre? ¿Y los tuyos?

– Juan..., ¿Te importa? Realmente tu papá lleva años sin hacer nada por vos. Literal ahora quiere remediar algo que pudo hacer antes de lastimarte tanto. Ahora lo importante es que vos seas feliz. ¿No?

– Si, pero no es tan simple...

– Lo sé, por eso quiero que sea con vos. Todo lo que tenga que hacer o no hacer quiero que sea con vos, sin importar que tan difícil sea. Te amo, ¿Lo entendés?

Juan dejo de llorar y simplemente vió a Spreen un poco avergonzado. No sabía que más decirle, no sabía que harían después de esto.

¿Podrían vivir juntos? O no, ¿Vivirían separados y sin decirle a nadie?

No sabía que podía pasar y eso lo ponía demasiado nervioso. Pero sabía que el amor que tenían ambos era suficiente para soportar lo que sea que tuvieran que hacer.

El de lentes estaba tan metido en sus pensamientos que no notó que Spreen estaba viendolo fijamente.

El pelinegro se acercó al más pequeño y lo beso de manera desesperada. Cómo si buscará que el contrarió dejara de pensar en cosas malas.

Un poco sobresaltado, Juan le siguió el beso el cual se sentía distinto a los que habían tenido anteriormente.

Ahora se sentía muy, "¿Caliente?"

El castaño se separó del beso muy agitado.

– ¿Qué hacés?

– ¿Tú qué crees? -lo miro fijamente.

(Parte +18)

Spreen tomo de la cadera a Juan y lo recostó sobre la cama.

Se acercó al oído del contrario y le susurró.

– Odio que pienses en cosas malas, mejor piensa en mí... -Dijo mientras baja su mano hasta la ropa de el hechizero.

Bajo el pantalón que traía puesto y dejo ver el trasero del más pequeño completamente expuesto.

Con su mano empezó a acariciar esa parte la cual lo volvía loco.

– Cuando estemos casados haríamos muchas cosas todos los días, ¿Sabes?

Juan jadeo un poco al sentir unos pequeños apretones en aquella zona la cual estaba siendo manipulada.

– ¿Puedo? - Dijo el híbrido con una voz calmada.

El más pequeño acepto con la cabeza.

Spreen quitó la ropa interior del Juan, empezando a tantear lentamente la entrada del chico.

– S-spreen... - Dijo muy agitado.

– Dime, bebé.

– ¿N-no tienes que t-trabajar?

Hechizo - SpruanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora