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アイボリー
El aeropuerto estaba lleno de personas apresuradas, maletas rodando y emociones a flor de piel. Kotori se encontraba en medio de toda esa actividad, acompañada por Ayumi y la directora Hoshi.
El sonido constante de las conversaciones y los anuncios de vuelo llenaban el aire mientras Kotori se preparaba para embarcar hacia Japón y comenzar su nueva vida en la UA.
Ayumi miraba a Kotori con una mezcla de orgullo y tristeza en sus ojos. Sabía que su amiga de toda la vida por fin estaba separándose de ella y eso la llenaba de tristeza, luchando por dejar de llorar en algún momento.
—Voy a extrañarte tanto, Kotori— murmuró Ayumi entre sollozos—. Siempre estaré aquí para apoyarte, pase lo que pase — dijo con voz temblorosa pero llena de afecto.
Kotori sonrió y asintió, sintiendo la calidez de la amistad que las había unido durante todos esos años en el internado.
— Gracias, Ayumi. No puedo expresar con palabras cuánto te quiero.
Las dos amigas se abrazaron con fuerza, dejando que la emoción del momento se apoderara de ellas. Sabían que era un adiós temporal, pero también una oportunidad para que Kotori creciera y se desafíe a sí misma.
Después de un largo abrazo, Kotori se separó de Ayumi y se volvió hacia la directora Hoshi, quien observaba la escena con una expresión orgullosa y triste a la vez.
— Directora Hoshi, no puedo agradecerle lo suficiente por su apoyo y por haberme dado esta oportunidad. Me siento eternamente agradecida y prometo trabajar duro para honrar su confianza en mí— artículo con un tono serio y formal.
La directora sonrió, tocando suavemente el hombro de Kotori.
— Kotori, eres una joven valiente y talentosa. Estoy segura de que harás grandes cosas en la UA y en el mundo de los héroes. Nunca olvides quién eres y de dónde vienes. Estaré esperando con orgullo tus logros.
Ante sus palabras, Kotori hizo una reverencia respetuosamente ante la directora y dijo:
— Gracias, directora Hoshi. Siempre recordaré las enseñanzas y el amor que me ha dado— se detuvo un momento antes de añadir—. Tampoco olvidare todos sus regaños cuando hacía algo mal.
