—¡¿cómo es el?! ¡¿Es lindo?!, ¿Es guapo?... Obvio que lo es... ¿O no... Que digo ¡obvio lo es!— suspiro como tonto enamorado agarrando a el joven pelinegro de los hombros sacudiendo lo frenéticamente y los corazones formándose al idolatrar al joven que apenas había conocido.
Queriendo ayudar al joven Damo, Juan intervino hacía el fuerte sangoloteo de Roier hacia Quackity —Roier me vas a asustar al niño, tomalo con cal...—no duro cuando Quackity de nuevo lo interrumpió .
Le quito sus manos de sus hombros a él castaño que lo agarraba con fervor y habló cerenamente empezando a enumerar con sus dedos, respondiendo así las incógnitas del principe —en primera ya sabes como es, lo viste en el baile, dos es linda su actitud ¿es eso lo que preguntaste, no?, tres si es guapo el chico. No se para qué preguntas cosas tan pendejas, cuando claramente repito, ¡lo sabes porque lo viste en la reunión del rey!— por primera ves en sus tiempos de profecionalismo había gritado y dicho una grosería en frente de alguien de la realeza, pero por ¡dios! Ya lo tenia harto con el mismo tema, suficiente tenía en entregar cartas sin que nadie sospechara por dejar solo a quien debería de seguir como sombra.
—sin groserías Alex— Juan lo golpeó con un periódico despacio en el hombro en señal de reproche (y en parte también en venganza de siempre interrumpirlo), el solo rodó los ojos. Acordándose de la rosa que le dio el varón procedió a buscarla.
—el te envió esto— se la entrego con delicadeza en sus manos y procedió a seguir hablando —sinceramente no se por qué matan a las pobres rosas por amores que a ellos no les incumbe— dando su punto de porque las flores no deberían de ser matadas, fue brutalmente callado.
—¡Qué romántico! Lo quisiera conocer en persona— cuido de la rosa reposandola en un florero con agüa sin darle importancia a las palabras de su Damo. (todos sabían que Alex o mas conocido entre los guardias como "Big Q" era alguien duró, con la capacidad de hacerte creer una actitud totalmente diferente si el se lo proponía o por puro deleite, serio cuando se trataba de estrategias, pero por dentro era alguien dulce y gentil, que amaba a sus compañeros y familiares).
Quackity no queriendo que el príncipe sufriera de amores como a él en su pasado se acercó comentando en el oído del castaño, bajo la mirada de Juan —yo podría hacer que eso pasara, pero tendrías que darme como unos 5 meses de anticipo —el castaño de banda roja acepto sin dejarlo hablar de más, abrazandole por el apoyo a su persona, adorando aún más a su pequeño pero comprensivo Damo.
—Hey, hola de nuevo pibe— saludo el pelinegro.—hola señor Spreen, se que será precipitado y me preguntara por el príncipe Roier— anticipo lo que en realidad era y no lo dejo hablar —así que el me dijo que le diera el agradecimiento por tan bello detalle— como siempre con sombrilla en mano entregó el recado.
—eh, ¿no sabes si el bendra a la próxima? Tengo pensado escenarios para ser más sercanos— hablo decidido, el quería tomar ya un paso.
—hmm, en realidad dudo que el pueda venir, pero no se preocupe que en unos meses yo pienso hacer realidad esa posibilidad mi señor— haciendo que la esperanza de Iván incrementará al decir aquellas palabras solo se dedico a verlo.
—Gracias chavon, eres un ángel— hablo con sinceridad puesto que si fuera por el chico de cabellos azabaches no llegarían sus cartas y detalles a su remitente.
—na, es mi trabajo servir al príncipe después de todo— se encogió de hombros y volvió a hablar —y su felicidad esta también en ello— sonrió de manera sincera aun sabiendo que eran totales desconocidos, dejandolos en un ambiente cómodo a los dos.
Recordando de manera abrupta el porque estaba ahí habló aclarando se la garganta —ha, esta vez eh traído un poema y una rosa como acompañamiento para el príncipe—
—un clásico pero romántico, le sabes a esas cosas, dejeme decirle que el príncipe no es tanto de esas cosas, pero una vez que sepa que es de su parte aceptará el detalle— sabía que por experiencias al estudio del rey, este odio los poemas y todo lo referente desde que uno de sus tutores (Wilbur) estaba insistente con que leyera para poder aprender bien la materia de lengua, desde hacer cartas, poemas, escribir canciones, libros o simplemente tener buena gramática. (después de todo el era también cantante).
—No lo sabía, vos qué harías si te mandaran una carta o poema— preguntó por curiosidad. Después de todo a él de ojos morados, en lo personal le gustaba escribir, solo le haría una pequeña encuesta al de cabellos negros.
—a mi me encantan las cartas y poemas, de echo el tutor por el que claramente el joven príncipe odia la materia de lengua y todo lo referente, es alguien que está en interés por mi— reveló el Damo sin ser consiente de ello.
—oh, eso es re copado, no sabía que vos también te encontrabas en términos románticos— no quería ser chismoso y mucho menos lo era, pero los chismes le llegaban sin querer.
—no, lo romántico nunca me a llamado la atención— mintió, se sentó sin ser inconsciente en la banca sentándose a su lado Spreen.
—yo tampoco lo creía, pero veme aquí intentando que un chico me acepte— los dos soltaron una risa por ello, el varón no queriendo soltar la oportunidad de oro que se le precentaba le habló de nuevo al chiquillo enfrente de él.
—¿sabes lo que le gusta al príncipe?— soltó sin rodeos.
—por supuesto mi señor, usted solo pregunte, yo le responderé con total sinceridad— Quería ayudar al par de tortolos en su amorío y si eso conllevaba en convertirse en su cupido, preparar escapadas, o convertirse en mensajero personal lo haría, solo para que ellos lograrán lo que nunca pudo el, él lo haría aún sabiendo que... El temía al amor.
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Damo de compañía
Ficção Histórica¿El Príncipe o su Damo? Por una parte teníamos a un joven tras muros de concreto por el cual creyó tenía una historia de amor que terminaría en felices por siempre una vez le aceptará la salida, siendo falso el pensamiento y conociendo por error de...