¿El Príncipe o su Damo?
Por una parte teníamos a un joven tras muros de concreto por el cual creyó tenía una historia de amor que terminaría en felices por siempre una vez le aceptará la salida, siendo falso el pensamiento y conociendo por error de...
Pienso actualizar más seguido para poder subir mis demás ideas, si quieren más historias de este tipo, los invito a pasar por mi perfil (por ahora solo tengo dos libros en proceso, contando este) me encontraré subiendo diferentes ships por si les interesa.
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—entonces, tu gran plan ¿es?— menciono estando adentro de la mancion, donde los ojos curiosos de la servidumbre lo analisaban "discretamente".
—No lo se, pensé que así tendríamos más tiempo y libertad para hablar— se encogió de hombros no dándole importancia 'no crei llegar tan lejos' pensó para si mismo.
—¡hag!, dios mío— realizó un face palm y trato de pensar una vez más en experiencias pasadas —okey mire, uno de los mejores métodos para enamorar a un hombre es por el estómago y créeame que al príncipe le queda ese dicho— camino con dirección a dónde creía era la cocina siendo seguido por Spreen.
—entonces— cuestionó el de lentes oscuros al ver que lo dirigía a la cocina.
—le enseñaré a cocinar— tomo un delantal y lo amarró en su cintura. —¿Alguna idea de que hacer?— se dirigió a el.
—¿pastel?—
-es pregunta o afirmación- arqueó una ceja y lo miro y cambio de tema —Escojio una buena opción, solo escoja el sabor y con gusto lo guiaré— tomo otro delantal que se encontraba en la cocina, lo colgó y amarró al otro hombre, en lo que el otro solo veía sus movimientos y pensaba.
—Qué tipo de sabor es tu favorito— hacer preguntas inconcientemente referentes a gustos se hacía costumbre para el varón. soltó solo lo que se le venía a la mente.
Lo que provocó una sorpresa en el joven el cual lo miro con curiosidad y soltó con burla. —¡Oh señor! ¿No se supone que debería mejor aprovechar que esté aquí el damo de su enamorado y preguntar por gustos de él, en vez de los míos?— arqueó la ceja claramente jugando con el.
El más alto sonrojado por su error, volteo a ver otra parte avergonzado —c-claro y-o...— soltó entre tartamudeos.
—no tengo uno en específico— fue lo que soltó el damo llamando la atención del varón —se podria decir que no tengo sabor favorito, pero si se cuál es el del príncipe, por si le interesa— guiño el ojo provocando aún más vergüenza en el otro pelinegro.
Iván se aclaró la garganta para volver a hablar y pregunto —¿Cuál es el sabor favorito del príncipe?—
—Chocolate mi señor— respondió al segundo —es fácil de realizar... mire— se dirigió a las cacerolas y saco lo necesario mientras el otro observaba. —esto es lo que ocuparemos, solo faltan los ingredientes— se volteo aver a una de las sirvientas y se dirigió a ella para hablar —podría porfavor traer un libro de cocina referente a postres— la joven solo se dedicó a mover la cabeza en afirmación y corrió sonrojada a la dirección asignada.
