Disco Rojo

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16 horas antes del suicidio

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16 horas antes del suicidio.

Ya estaba todo preparado, los discos estaban con sus distintos colores en sus estuches dentro de aquella caja esperando a hacer entregados. Durante toda la noche se habían grabado todos los respectivos videos, haciendo los debidos pares para que la entrecortada voz no se notara, sino que esos audios fueran totalmente fríos, que les causara temor y que erizara su piel por cada palabra que esbozara.

Al empezar la mañana de su último día con vida, Jimyn se puso en pie temprano, arreglándose con su uniforme; le había comunicado a su mejor amiga que su padre lo llevaría, mientras que a sus padres les dijo que la iría a recoger, mintiéndole a ambos de forma inocente. Este era el día perfecto para acabar con su vida, pensó al enterarse de que sus padres llegarían tarde por reuniones de trabajo.

Nunca llegó al instituto, sino que en su lugar decidió por dirigirse a la estación de correos. Previamente por medio de la red social de Facebook, encontró la información necesaria de donde vivía Scarlett, la chica nueva, por lo que envió la caja con sus debidas instrucciones para así ir a la heladería y gastar todos sus ahorros en dos potes de helado; bonita forma de pasar tu último día de vida. Este dulce manjar se lo fue consumiendo desde dicha heladería hasta el parque, con aquella tranquilidad de quien no pierde nada en esta vida cruel, en donde todos juzgan a todos sin importar que esa persona le afecte lo que le digan o hagan, esa vida cruel que vivió desde que tenía memoria.

Al llegar al sitio de destino se sentía la poca presencia de las personas, a esta hora la ciudad era la que se encontraba trajinada, las personas moviéndose de aquí para allá y de allá para acá sin importarle si su prójimo se encuentra necesitado o no; por ejemplo, sus padres casi nunca estaban en casa así que la escuela era su "salvatoria a la soledad", joder esa ni él se la creía, puesto que detestaba cada rincón de ese desagradable lugar.

Los recuerdos de haber ingresado como becado a esa escuela llegaron a su mente, de pensar que al principio sentía que serían los mejores cuatro años de secundaría y preparatoria; pero no, resulto ser un verdadero martirio, siendo su último año, el peor de todo. Estos primeros ocho meses han tenido mucha historia desastrosa que contar... No quería seguir sufriendo, ni ver que torturas le vendrán en lo que termina del año, porque se dice que al final la gente se vuelve peor que como empezó y más si hablamos de graduación.

Sacándolo de sus pensamientos, al celular le empezaba a llegar mensajes, eran de Peter, otra vez invitándolo a su fiesta del sábado por la noche; desde el incidente con Romina, pensó que no quería saber más de él, puesto que nuevamente lo tenía como enemigo, que solo le invitaba para humillarlo frente de sus amigos; o bueno, eso lo había dicho Cora.

Realmente la única especialidad de Macoi, es el futbol sala y humillar a las personas, porque medio se había aplicado cuando estudiaba entre días con Turner, puesto que lo iban a expulsar del equipo por mal rendimiento académico; en ese entonces eran buenos tiempos para "el nerd" de 11A. Todo se complicó, cuando recibió la humillación de su propio padre frente de su "amigo", se podría decir que cualquier padre quiere que su hijo se encuentre alejado de la droga, pero en ese entonces nunca la había probado en toda su existencia y lo que hizo ese hombre no tendría ningún perdón, ni de Dios...

7 meses antes, en casa de los Turner.

-Bien, esta es mi casa Peter.

Era la primera vez que alguien distinto a Cora llegaba a la casa, como siempre sus padres no se encontraban, así que aprovecharían para poder estudiar con mayor comodidad que en la cafetería donde siempre se encontraban; ya empezaba a aborrecer el café por lo mismo.

-Pensé que vivirías en una casa más fea, insisto fuéramos ido a la mía, es mejor, sin ofender Minie.

-Ya te dije que no me digas así, además aquí no vinimos a jugar, vinimos a estudiar.

-No seas aburrido, mi cabeza ya no quiere estudiar cálculo, por cierto, ya te pagué, ahora tomate un relajo.

Al notar como encendía un cigarro de marihuana, el pelirrojo negó e intento quitárselo, no podía permitir que la sala se inundara de ese horrible olor o estaría muerto en un abrir y cerrar de ojos.

-Aquí vinimos a estudiar y si no quieres será mejor que te vayas junto a tu porquería de cigarro ahora mismo o mis padres me matarán.

-Dijiste que vendrían tarde, tranquilo hermano, no seas una nena llorona.

-Te lo estoy pidiendo de buena manera, por favor, o lo apagas o te vas Peter, yo aquí no andaré soportando aquel olor, respeta mi casa o es que no tienes un poco de decencia.

-Mira idiota, a mí no me hables as...

La puerta se abrió demostrando a un hombre un poco más alto que ambos, que se veía bastante molesto, el señor Turner al percibir el nefasto olor enseguida se alteró mucho más de lo que venía, qué inocentemente el joven le pidio a su amigo que se fuera, puesto que la golpiza que se llevaría la sentía tan de cerca sin aún haber empezado; este hizo caso omiso a la petición, a fin de cuentas, el hombre lo saco a patadas de la casa quedando solamente los dos. Sentía pánico, pero a la vez quería enfrentarlo... La cuestión estaba en que no sabía cómo...

-¿Acaso me vas a volver la casa, un lugar para fumar hierba o qué? ¿Qué te pasa? ¿Eres idiota o qué?

-Primero, le exijo respeto porque yo ya lo estaba sacando de la casa porque no iba a permitir que fumara aquí, pero él no se quería ir, segundo solo veníamos a estudiar...

-Si claro, qué buena excusa es que solo estudiamos nada más, eso se lo traga tu madre, yo no, ahora dime, ¿eres drogadicto?

-¿Qué? No lo soy mierda, acaso es sordo o estúpido que no lo entiende, se lo he repetido miles de veces.

Cubrir su boca e inmediatamente intentar pedir disculpas no fueron suficientes, los correazos empezaron a invadir cada parte de su cuerpo que solo gritaba y lloraba de dolor, lo lograba hacer sin piedad alguna que los insultos podían escucharse de aquí a la china. Estando en el suelo con su mirada borrosa, visualizo que la puerta se abrió, dejando ver a Peter nuevamente a lo que lleno de moretones intento pedir un auxilio, pero ni la voz lograba salir.

-¿Qué cojones le pasa viejo? ¿¡Por qué le pega así!? ¡Mire como lo destrozo!

-Usted cállese que o si no le rompo la cara bonita también.

-¿Así, Me va a pegar? Venga pégueme.

El hombre sin amagar tanto saco a Peter de la casa al amenazarlo con el cuchillo de cocina, ese mismo día no fue su funeral por obra de Dios, porque después de recibir varios correazos más ante la altanería de su amigo, a los pocos segundos de caer inconsciente, aquella mujer entro en desespero a la casa; su madre había llegado alterada, seguramente ambos después discutirían.

Amaneció, y ya se encontraba en una cama de hospital, estaba medio muerto, ojalá le fuera matado él, pero bueno, tenía dos semanas de reposo y ese hombre una orden de alejamiento impuesta por los padres de Peter, allí fue donde la confianza del pelirrojo se empezó a depositar en las manos equivocadas porque no sabía en ese momento que estaba cavando su propia tumba.

15 Razones para MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora