Capítulo 4.

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(8 horas antes)

—¿Dónde está, Ana? —Habló un Joaquín desesperado a penas Emma abrió la puerta de su casa.

—¡¿Qué hace usted aquí, con qué derecho?! Aléjese de mi mamá y no vuelva a cruzarse en nuestras vidas. Ya nos hizo suficiente daño, sobre todo a mi mamá.

—Emma, yo no hice nada. Ese cheque yo nunca lo fui a cobrar, no recuerdo ni en dónde estaba. Necesito hablar con Ana, ¡ANA!

—MÍ MAMÁ NO ESTÁ AQUÍ. Ya váyase.

—¿Sabes dónde está? Emma, tú me has visto, yo la amo, esto... Esto es un total malentendido, necesito hablar con ella. Dime dónde está.

—Joaquín, no lo sé y si lo supiera tampoco te lo diría. Si no está aquí es porque no quiere verte, no te quiere cerca y debes respetar eso. Lo siento por ti y por ella, pero se lo advertimos.

—Emma, eso es mentira...

—No lo conozco lo suficiente como para decir lo contrario. Es mejor que te vayas, Joaquín. —Emma cerró la puerta y Joaquín no hizo ningún intento de detenerla.

Joaquín se subió a su carro y pensó en qué hacer, a dónde ir, cómo hablar con Ana. Y lo primero que se me vino a la mente fue Violeta, la llamó y ella le dijo que estaba en su oficina así que fue para allá sin dudarlo.

—¿Violeta, sabes dónde está Ana?

—No, no, Joaquín, no sé. Primero dime qué pasó. Ana no me contesta, tiene el celular apagado.

—Todo es un mal entendido, yo... yo debí hacer pedazos ese cheque.

—¿Un cheque? Joaquín, ¿de qué hablas?

—Dolores. Hace unas semanas, Dolores fue a mi casa y me dio el maldito cheque en blanco, qué pusiera la cantidad que quisiera con tal de dejar a Ana, y que me vaya de su vida... Violeta, lo lograron. Ana se fue.

—... ¡No!, cálmate. Todavía no sabemos nada. ¿Cómo sabes que está así por el cheque?

—Ana. Ella me dejó un mensaje, me llamó varias veces y yo no le contesté.

—Quiero escucharlo.

—"Joaquín... —habló la voz entrecortada de Ana, era obvio que había llorado por cómo estaba su tono de voz — no pensé que serias capaz. ¿Trescientos cincuenta millones es lo que valgo para ti? ¿Tan fácil te dejaste llevar por el dinero? ¡Ya sé que mi mamá te dió un cheque en blanco! Eres un miserable, no quiero volver a verte". —Antes de que se corte el mensaje de voz, se puede escuchar como Ana rompe en llanto otra vez.

—Tienes que ir al banco y confirmar tu inocencia. No puedes ir a ver a Ana sólo con palabras, Joaquín. Ahora mismo las palabras sobran y lo único que va a aceptar para creerte son pruebas. Lo mejor es que le des un tiempo sola y tú busques tu inocencia, si se ven ahora, pueden decirse muchas cosas de las que se van a arrepentir. Voy a preguntar por el Banco de Dolores, espérame.

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Entre llamada y llamada, pasaron hora y media de tortuosa espera. Justo cuando Violeta consiguió cual era el banco en donde se había intentado cobrar el cheque, Joaquín fue hacía allá.

Entre todo ese lapso, se habían enterado de todo. De que quisieron cobrar el cheque, que lo anularon y que habían llamado a Ana porque el monto era excesivo y Dolores estaba de viaje. Se enteró qué se habían hecho pasar por él, qué tenían su cédula y su firma.

Todo fue muy confuso, hasta que dándole miles de vueltas, haciendo llamadas con Magdalena y Teo para saber en dónde había estado ese cheque y quién lo puso tomar, tenía un culpable en mente.

Pero todo se aclaró cuando miró las cámaras de seguridad y pidió que se hiciera un contraste de firmas. El banquero qué atendió a "Joaquín" por primera vez también hizo una confirmación de que ambos no era el mismo. Habían hecho un fraude y una suplantación de identidad. En el banco ayudaron a Joaquín a hacer la denuncia y Joaquín pidió le mandaran los videos de la cámara de seguridad a su correo.

En eso, llega un mensaje de voz: Ana.

«No me llames, voy a apagar el celular. Si quieres hablar, si todavía te importo voy a esta dirección. No le digas absolutamente nada a nadie, si lo haces da por rota mi confianza en ti.»

Joaquín hizo un cambio rápido y pidió que todo, absolutamente todo, fuera mandado a su correo y que lo mantengan informado porque tenía que irse de Bogotá. En el banco lo aceptaron y de todas maneras el dejó el número de Violeta por si había algún inconveniente.

—Violeta, me tengo que ir, pero por favor, aunque no te conteste envíame todas las pruebas que tengan a mi favor al celular. Esto no va a quedar así y Kike se va a ir preso.

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(Ahora)

Ana y Joaquín pasaron la noche juntos, cuando terminaron en el comedor, lo único en lo que pensaron era conseguir mayor estabilidad y cambiaron de ambiente al cuarto principal.

Ninguno recuerda la hora exacta en la que sus cuerpos dejaron de amarse y plácidos decidieron dormir juntos y abrazados. En la noche se habían olvidado de cualquier duda, ahora vivían en una burbuja sólo ellos dos, no había nada que lo pueda arruinar.

La luz se empezó a colar entre las cortinas claras de la habitación, y que caían directo en el rostro de Joaquín, él no pudo ignorarlo mucho tiempo y despertó. 

𝐄𝐥 𝐏𝐞𝐫𝐝𝐨𝐧 | 𝐅𝐢𝐜 𝐂𝐨𝐧𝐞𝐣𝐨𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora