1

230 15 1
                                    

Los rayos de luz entraban levemente por la ventana alumbrando la cara de un pelinegro que se removía en su cama para seguir durmiendo pero escuchó un grito que hizo que se caiga de la cama y se levantara rápidamente

-Ace! Despierta que se te hará tarde para la escuela- aquel grito pertenecía a la madre del chico, una hermosa mujer de cabellos rubios y piel blanca como la nieve

El chico después de un rato bajó de su habitación ya bañado y uniformado listo para ir a la escuela

-Ten hijo te preparé el desayuno, come rápido y vete o de verdad llegarás tarde- dijo la madre del chico dejando un plato de comida en la mesa para que se sentara a comer

-Gracias mamá estuvo delicioso pero ya debo irme, nos vemos en la tarde- se despidió de su mamá con un abrazo y salió de su casa para ir caminando hacía la escuela

El chico iba caminando tranquilamente por las calles hasta que escuchó que alguien lo grito por lo que se volteó y vió como una chica se acercaba a el corriendo

-Buenos días ace-kun- era Yamato su amiga de la infancia

-Buenos días Yamato- le contestó sonriéndole cálidamente

-Como te fué el fin de semana? Dijiste que viajarías no?- preguntó la chica de cabellos plateados

-Solo fuí a la playa a disfrutar un poco del sol y a nadar, todo tranquilo y tú qué hiciste el fin de semana?- le pregunto el pecoso a la chica que caminaba a su lado

-Pues fuí con mi padre a uno de sus viajes de negocios y compré muchas cosas y mira te traje algo- ella le extendió su mano al pecoso mostrándole un colgante de perlas rojas

-Es muy bonito, gracias- le sonrió mientras se lo ponía

Después de caminar un par de minutos más llegaron a la escuela a tiempo y fueron hacía su primera clase que era física, esa clase aburría mucho al pecoso y luchaba por no quedarse dormido durante la clase, la mañana siguió normal hasta la hora del descanso, el chico salió casi volando del salón en el momento que sonó la campana que indicaba el receso

-Te dije que me esperes y saliste corriendo- dijo la chica de cabellos plateados sentándose a lado de su amigo en el patio de la escuela

- Perdón es que tenía mucha hambre- dijo el pecoso mientras comía un trozo de carne

-Escuchaste el rumor que está corriendo por toda la escuela- la chica miró al pecoso y el solo negó con la cabeza ya que tenía la boca llena de comida -bueno pues se dice que habrá un chico nuevo que viene de una familia adinerada, de seguro será un mimado- dijo la chica mientras llevaba un pedazo de pan a su boca

-Pues quien sabe si será un mimado pero lo que te puedo asegurar es que jamás será tan bueno como yo- dijo el pecoso señalándose así mismo con una sonrisa y con algunas migajas de comida al rededor de su boca

El recreo acabo y los chicos volvieron a su respectivo salón, las clases continuaron normal hasta que dió la hora de salida, ambos chicos hablaban de cosas triviales mientras caminaban hacía sus casa, los dos se separaron en una esquina y se fueron a sus respectivos hogares, el chico de cabello negro llegó a su casa, abrió la puerta y se quitó sus zapatos

-Ya llegué!!- gritó para después ver cómo su mamá salía de la cocina para abrazarlo y dedicarle una tierna sonrisa

-Cambiate y baja a comer- dijo la mamá del chico para después volver hacía la cocina y servir la comida mientras su hijo se cambiaba

El resto del día pasó normal hasta llegar la noche, el chico se había acostado en su cama y miro su teléfono unos minutos hasta que sintió que caía en los brazos de Morfeo, dejo su teléfono en la mesita de noche que tenía a un lado y apagó su lámpara para así quedarse totalmente dormido.



.

.

.

Bueno está es mi primera historia que hago bien, espero que les guste y perdón si hay algún error de ortografía

Enamorándome de mi rivalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora