ʀᴏᴍᴀɴᴄᴇ ᴇɴ ᴛɪᴇᴍᴘᴏ ᴇxᴛʀᴀ | ᴍɪᴄʜᴀᴇɴɢ

Capítulo 10: Felices juntas.

El lugar estaba lleno de alegría y música, pues hoy será la boda de Mina y Chaeyoung. Decidieron que contraerían matrimonio en un hermoso jardín, rodeadas de flores, especialmente de jazmines. La ceremonia sería algo intimo entre las dos mujeres, familiares y amigos cercanos.

Mina se encontraba de pie en el altar, vistiendo un hermoso traje blanco, que fue con el que conoció a Chaeyoung. Estaba realmente nerviosa, porque no había visto a su prometida en casi todo el día pues sus amigas se la habían llevado para ayudarla a prepararse. Ahora, finalmente podría ver a la mujer con la que va a pasar el resto de sus vidas juntas.

La música de los violines y el piano parecieron indicar que ya era el momento, ya que todos miraron hacia atrás al notar que Chaeyoung apareció con un hermoso vestido blanco que la hacía ver como si fuera un sueño. Sus cabellos dorados estaban recogidos cuidadosamente y, lo más importante, tenía una hermosa sonrisa en sus labios.

Al unir su mirada a la de Mina, un suave rosa tiñó sus mejillas, haciendola bajar la mirada con una sonrisita apenada. Comenzó a caminar hacia el altar, sujetando el brazo de su padre quien estaba incluso más conmocionado que las novias.

Mina, al ver a Chaeyoung, no pudo evitar dejar escapar una lágrima. Estaba hermosa, como siempre lo había estado, y hoy estarían unidas para toda la vida. Nunca creyó que se fuera a casar de nuevo, ya que planeaba vivir como una mujer soltera y enfocarse en criar a su hijo, pero sin dudas Chaeyoung le dió un giro especial a su vida.

Como no podía faltar, Renjun fue el encargado de llevar los anillos. Llevaba puesto un traje adorablemente pequeño y una sonrisa en su rostro indicaba lo entusiasmado que estaba por poder ver a su mamá y a su noona casarse. Siempre le preguntaba a su mamá porqué él no había podido asistir a la boda de sus padres y la respuesta de "Aún no nacías" lo ponía un poco triste, ya que él queria ver la ceremonia. Hoy lo estaba haciendo y, además ¡Estaba participando!

Las dos mujeres estaban paradas en el altar, una frente a la otra. El sacerdote encargado de unirlas hablaba, más fue poco lo que Mina escuchó. Estaba perdida en los ojos marrones de Chaeyoung, los cuáles brillaban como mil galaxias.

Mina sentía que el tiempo se detenía mientras el sacerdote pronunciaba las palabras del matrimonio. Sus manos temblaban ligeramente, pero la calidez y la serenidad de Chaeyoung le transmitían una sensación de paz y felicidad indescriptible.

Finalmente, llegó el momento de intercambiar los votos. Mina tomó la mano de Chaeyoung y le dedicó una mirada llena de amor y sinceridad.

─ Chaeyoung, desde el día en que te conocí, supe que eras alguien especial. Tu dulzura, tu paciencia y tu amor incondicional han llenado mi vida de una manera que nunca imaginé. Eres mi apoyo, mi compañera de vida y mi eterna fuente de felicidad. Prometo amarte, respetarte y cuidarte todos los días de nuestras vidas. Quiero construir un futuro lleno de amor y alegría junto a ti y Renjun. Acepto ser tu esposa, en cuerpo y alma, en todos los momentos, en la alegría y en la tristeza, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe.

Las lágrimas de felicidad resbalaban por las mejillas de Chaeyoung mientras escuchaba las palabras de Mina. Con una voz llena de emoción y amor, respondió:

─ Mina, cuando te vi por primera vez, supe que había encontrado a la persona con la que quería compartir mi vida. Tú me has mostrado un amor y una dedicación que nunca antes había experimentado. Eres la razón de mis sonrisas, de mis risas y de mi felicidad completa. Prometo amarte y cuidarte en todos los momentos de nuestras vidas. Estaré a tu lado en los buenos y malos tiempos, y seré tu roca cuando necesites apoyo. Acepto ser tu esposa y prometo hacerte feliz cada día que estemos juntas, hasta que la muerte nos separe.

Las palabras de Chaeyoung hicieron que Mina sintiera un cálido cosquilleo en el corazón. Ambas se miraron profundamente a los ojos, compartiendo un momento íntimo y especial antes de que el sacerdote las declarara oficialmente casadas.

El lugar se llenó de aplausos y alegría mientras las dos mujeres se fundían en un tierno beso, sellando su amor y compromiso ante todos los presentes. El sonido de las campanas y los vítores de los invitados resonaron en el aire, creando una atmósfera mágica y llena de amor.

La ceremonia continuó con risas, abrazos y bailes. Mina, Chaeyoung y Renjun se convirtieron en el centro de atención, compartiendo momentos inolvidables con sus seres queridos. Las lágrimas de felicidad se mezclaban con las risas, creando un ambiente de pura dicha.

El sonido de una copa siendo golpeada suavemente llamó la atención de todos los presentes. Jeno sostenía en su mano una copa y un tenedor. Miró a todos con una sonrisa, sobre todo a las recién casadas y habló.

─ Buenas, me presento: Soy el padre de Renjun. Yo soy una de las personas que mejor conoce a Mina, y es por eso que quiero proponer un brindis por ella y su nueva esposa, la que la hace feliz como nunca nadie podría hacerlo. Si bien, al principio me negué a esta unión, mi hijo, el niño más dulce que existe, me hizo entender que estaba en un error. Diles, Renjun, lo que me dijiste una vez. ─Jeno cargó a Renjun entre sus brazos con un poco de dificultad, pues cada día era más grande.

─ Mami sonríe todos los días desde que conoció a Chaeyoung noona, quien nos hace sentir amados a mamá y a mí. Chaeyoung noona hace que todo sea más brillante, y ella y mamá se aman mucho. Me dijo que todos merecen ser felices y tener a alguien que los ame, y eso es lo que Chaeyoung noona hace por nosotros. Así que brindo por mamá y Chaeyoung noona, y por todas las personas que encuentran el amor verdadero y la felicidad en sus vidas. ¡Salud! ─ Las palabras de Renjun resonaron en los corazones de todos los presentes, llenándolos de emoción y alegría. La sala se llenó de aplausos y vítores, mientras las lágrimas de felicidad rodaban por las mejillas de Mina y Chaeyoung.

El brindis marcó el comienzo de una fiesta llena de amor, risas y bailes. La pista de baile se llenó con familiares y amigos, celebrando la unión de Mina y Chaeyoung en una noche llena de magia y felicidad.

La boda fue un éxito, pero eso solo fue el comienzo de una vida llena de aventuras y momentos inolvidables para Mina, Chaeyoung y Renjun. Juntas, formaron una familia fuerte y amorosa, enfrentando cualquier desafío que se presentara con valentía y apoyo mutuo.

El amor que compartían Mina y Chaeyoung se convirtió en un faro de luz y esperanza para quienes los rodeaban, inspirando a otros a aceptarse y amarse a sí mismos sin importar las adversidades.

Y así, Mina, Chaeyoung y Renjun vivieron una vida llena de amor, felicidad y crecimiento. Cada día, se recordaban el amor que los unía y celebraban el regalo precioso que tenían el uno en el otro.

Fin.