Capítulo 9

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Sala de la mansión Fekeli

La felizmente pareja Fekeli se encontraba en la sala de la mansión, hablando entre ellos y riéndose. Züleyha jugaba con Adnan y Hünkar tenía a Leyla en brazos. En esta mansión la tristeza no existía solo la felicidad ¿Esto era un sueño? Porfin Hünkar y Fekeli podían ser felices uno al lado del otro, sin ninguna preocupación ni tristeza. Esta vida era la que se merecía Hünkar y Züleyha, ser felices, amadas y sin preocupaciones ¿Cómo habían olvidado la palabra amar y ser amado? Tanto dolor y sufrimiento provocaron que estás dos mujeres enterraran su corazón y solo vivieran por su hijos.

Nazire, la empleada de la mansión Fekeli, se acercó a la señora Fekeli, con algo de timidez dijo:

Nazire: ¿señora ya sirvo la mesa? — pregunto.

Hünkar: — miro algo avergonzada a Fekeli y después a Nazire — si por favor Nazire — contestó amablemente.

Era tan extraño todo para Hünkar empezando por ser la señora de esta mansión, dormir a lado del amor de su vida, ser quería, no tener preocupaciones. Ahora era momento de ser feliz, cerca de sus nietos y de Ali Rahmet.

Fekeli: es extraño para ti todo esto ¿Verdad? — pregunto.

Hünkar: un poco, pero me acostumbraré — hace una pausa y se acerca a Fekeli — pero no me mires así, me da vergüenza — susurra.

Fekeli se ríe, sabía que a Hünkar le avergonzaba su mirada ¿Pero cómo no mirarla de esa manera? Había sido su único amor durante toda su vida y ahora que era su esposa solo quería demostrarle cuánto la amaba.

Leyla: abuela.

Hunkar: — deja de mirar a Fekeli y voltea a ver a Leyla — mandé mi pequeña sultana.

Leyla: te quiero.

Una enorme sonrisa se formó en el rostro de Hünkar ¿Sería así de feliz siempre? Se presentó ¿Cómo unas simples palabras le alegraban la vida?

Hünkar: yo también te quiero mucho, mucho mucho.

Leyla: me quiero ir con abuelo — dice haciendo un puchero.

Hünkar: ¿Con Ali Rahmet? — pregunta sorprendida —

Leyla: si.

Hünkar le entrega a la niña a Fekeli y el la sienta en su regazo, mientras la pequeña niña lo observa fijamente.

Fekeli: hola Leyla.

Leyla: hola abuelo ¿Juegas conmigo?

Hünkar miro a Fekeli, la cara de sorprendido que tenía su esposo era inigualable. Soltando una pequeña risa, por la experiencia de Ali Rahmet.

Fekeli: después hija… eres igual que tú abuela.

Hünkar: es verdad, se parece a mí, también tiene un carácter muy fuerte cuando está pequeña niña quiere algo y no lo tiene.

Fekeli: se nota que es igual a ti cuando eras joven.

Hünkar: si, es verdad, no puedo negarlo, yo también era así.

Nazire: señora, la mesa está lista, pueden ir tomando su lugar.

Hünkar: gracias Nazire.

Todos fueron a la mesa, se sentaron como una hermosa familia feliz, donde la tristeza no existía y la felicidad reinaba por toda la mansión Fekeli. A pesar de la tormenta, la mansión Fekeli estaba iluminada de alegría y felicidad.

Mansión Yaman

Un carro se estacionó en la entrada de la gran mansión Yaman, fue recibida por Saniye aquella persona que bajó del carro. Para el desagrado de Saniye  esa persona era Sevda, nada más y nada menos que esa desagradable mujer, sinvergüenza y descarada.

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⏰ Última actualización: Apr 06 ⏰

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