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Los días fluyeron de la mejor manera, o así lo veía Changbin que con la mejor sonrisa se encontraba caminando por los pasillos solitarios de la escuela ante la gran noticia que había recibido, o más bien confesión por parte del peli-negro.

Siendo la salida de clases él se encuentra solo en aquel edificio, Jisung de nuevo había dicho que tenía cosas que hacer pero él no era tonto, sabía que el menor tenia planes con su segundo mejor amigo.

Con la mochila en su hombro y pendiente a sus pies al caminar, el cansancio de sus ojos mostrarse en las terribles ojeras abajo de estos, productos de una larga noche jugando videojuegos y darse cuenta de las tareas terminando por dormirse a las cuatro de la mañana.

–¡Ey, Changbin!. – alguien grito a sus espaldas la voz reconocida y con su mejor sonrisa voltea a ver como a lo lejos corre hasta quedar al frente suyo.

–Christopher, ¿No deberías de estar en tu casa?. – pregunta ignorando lo formulado, era mucho mejor que estuviera ahí.

–La profesora me castigo por quedarme dormido en su clase, ya sabes... – sonríe con vergüenza ante lo estúpido que había sido el motivo de su castigo, pero se mantuvo casi cuarenta minutos limpiando los salones de los cursos menores, realmente esos niños no tenían higiene alguna o conciencia para dejar los lugares limpios, ahora sabía lo que sentían los pobres empleados de aseo en la escuela. –¿Y tú?, ¿Que haces aquí?, Ya casi pasó una hora desde que tocaron la campana.

–Uh, me quedé esperando a Jisung que siempre me acompaña a mi casa, pero veo que tiene otros planes. – habla sin darle mucha importancia al asunto, muchas veces que Jisung le había dejado plantado.

–¿Quiere ir por un helado?, Yo invito. – propone Bang entre sonrisas sutiles, sería muy buena idea para poder conocer más al peli-naranja, tenía mucha curiosidad sobre aquel bajito y bonito pecoso del que había podido tener unos sentimientos que jamás ha sentido.

El camino se mantuvo por unos minutos en silencio, ambos chicos queriendo establecer una conversación amistosa pero la vergüenza apoderándose de cada uno. Chris observa con más detalle a Changbin sin que esté se de cuenta, podía decirse que incluso se veía más atractivo de lo que era.

–Tus pecas son bonitas. – susurra para si mismo, siendo casi imposible ya que lo había dicho más alto de lo que pensó, recibiendo la mirada del contrario con las mejillas sonrojadas. Tierno, así se podía definir a Seo Changbin.

–Yo... Emmmm, las odio sinceramente. – confiesa, y no era mentira. De las infinidades de veces en las que estuvo buscando recetas caseras para poder hacer desaparecer aquellas manchas al rededor de sus pómulos y nariz gracias a su opinión personal de lo poco estético que se veían. Ahora que Christopher decía aquello no sabía cómo sentirse al respecto.

–¿Por qué?, Si parecen una constelación de estrellas en tus mejillas, es lindo. – termina de decir tocando con la punta de su dedo el rostro contrario con delicadeza, admirando demasiado cerca las bonitas pecas que este mantenía en éste.

–¿Gracias?. – contesta Changbin quitando el contacto visual de inmediato.

Christopher solo se limita a reír siguiendo el camino sin decir alguna otra estupidez que hiciera incomodar al más bajo. Finalmente habían llegado a una heladería cercana a la escuela, siendo unas de las mejores por la gran variedad de sabores en los helados y postres tan deliciosos que tenían.

Changbin optó por sentarse junto a la ventanilla, tendría una vista perfecta a la calle llena de gente pasando sin darse cuenta a las personas dentro del local admirando a cada una de ellas, asimismo podía observar a la perfección el bonito cielo que presencíaba ahí mismo, el contraste de colores siendo esparcidos a toda su longitud apenas la tarde se hace presente.

Siete Minutos En El Paraíso - BinchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora