Ya son las 2pm y miro mi teléfono para avisarle a mi padre que en breve saldré de la escuela para regresar a casa pero me doy cuenta de que no tengo batería así que, ni modo
... Suena es timbre para indicarnos que la escuela se ha acabado por hoy, lo cual me hace sentir un gran alivio debido a que estoy en el último año de preparatoria y cada día aumentan nuestras tareas; mi único consuelo es que pronto entraré a la universidad y llegará la recta final donde todos mis esfuerzos tendrán frutos, aunque sea para estudiar Economía, que dígase de paso no es la profesión que más ame en el mundo, pero si me lo preguntan ni siquiera sé realmente que es lo que me gusta, pues nunca he decidido sobre algo más que si hoy usaré jeans o vestido, curioso teniendo en cuenta que soy una chica de 18 años, pero es lo que hay...
Al salir de la escuela me dirijo hacia el parking en busca de mi auto pero recuerdo justo antes de entrar que debo entregar unos materiales que me habían pedido para una presentación en clase de Historia. Por lo cual decido regresar, me adentro en mi escuela, siguiendo las paredes azules decoradas con cuadros y folletos de diferentes actividades, al doblar hacia la derecha y visualizar una puerta carmesí me doy cuenta de que he llegado a la biblioteca.
Justo antes de entrar me tropiezo con alguien y para más suerte se me engancha el cabello con un botón de su camisa gris perfectamente planchada:
— Perdón... podrías ayudarme a desengancharme de tu camisa, es que estoy apurada
— ¿Y si no quiero?...
— ¿Qué? - volteo tratando de ver su rostro para saber de quién se trataba, pero mi cabello me lo impide
— Por favor...¿si?... - pregunto dubitativa
— Ok, relájate, solo estaba bromeando, ahora te ayudo.Tras realizar algunas maniobras el chico con mi pelo, logra soltarme sorprendentemente fácil y rápido.
— Gracias - susurro para luego entrar a la biblioteca; aunque debo admitir que es bastante apuesto, pero ahora no tengo tiempo para ello
Luego de entregar los materiales, retorno al parking para subir a mi auto dispuesta a irme a casa luego de este corto pero activo día.
Al llegar a casa me adentro con la intención de ir directo a mi habitación, pero hay un sonido que me hace desistir de lo que iba a hacer. De casualidad son... ¿gemidos?
Pero lo más sorprendente no era eso, sino que eran de una chica joven, lo cual me desorientaba completamente ya que mi padre era un hombre de 53 años, y esa actitud sería totalmente impropia de él según sus supuestos principios.
Siguiendo el sonido me dirijo a las escaleras marrón oscuro del living para subir mientras trato de no hacer ruido apoyándome en las blancas paredes de mi derecha.
— Ahh siii, dame más duro, así papi, dame más ayyy...
Lo que yo veía a través de esa pequeña abertura de la puerta negra de la habitación de mi padre era de otro mundo, pero oírlo a él gritar obscenidades fue lo que más me asombró
— Mami ven, quiero verte correr para mí, abre las piernas que te voy a cojer como te mereces, vas a aprender a no provocarme más con ese cuerpecito tuyo...ahhh ya casi llegooooo...
¿Qué diablos estaba oyendo y viendo?, a estas alturas ya no puedo seguir con esto, cuando voy a caminar decidida a irme, escucho algo que me detiene.
— ¿Tu hija no se supone que tiene que regresar de la escuela?
— Sí, pero es a las 4pm, ella aún debe estar en clase, además ella siempre me llama antes de venir, es muy obediente como la tonta de su madre.¿Qué, como se atrevía a llamar así a mi madre y luego de su repentina y dolorosa muerte, al menos para mí?
Pero lo que escucho luego me horrorizó aún más.
— Amor, que bueno que terminaste con la vida de esa estúpida mujer, para que ahora podamos disfrutar de todos estos lujos.
— Fue lo mejor que he hecho en mi vida; ahora míranos aquí rodeados de riqueza y poder, y pronto enviaré a Emilia a una universidad en el extranjero, lo más lejana posible para así tú y yo poder tener la vida que siempre quisimos.Ahora sí que me había quedado estática del horror que escuché, pero esto no se iba a quedar así, vengaría el asesinato de mi madre. Que se preparen porque voy a por todas.
No podía permanecer un minuto más en esta casa con ese monstruo que tenía como padre, al menos no hoy.
Salí corriendo lo más rápido que pude bajando esa larga escalera con las lágrimas brotando de mis ojos hasta salir de la casa.
Subí a mi Mercedes Benz rápidamente y pisé el acelerador como 5 veces, de pronto apareció frente a mí un auto azul lujoso y traté de frenar de todas las formas posibles, pero terminé chocando igual, lo último que recuerdo es a ese chico; el chico...
Al despertar me encuentro en una habitación distinta a la mía, totalmente blanca y con una decoración muy elegante
— ¿Dónde estoy?
De momento mis ojos se posan frente al chico delante de mí; él es alto, delgado, marcado, de tez clara, cabello negro y ojos verdes, unos ojos que se adentran en tu alma sin pedir permiso y sin avisar.Al verme despertar, se acerca a mi cama y me observa detallando todo mi cuerpo como si buscara alguna herida de bala o algo así.
— Estoy bien, gracias por ayudarme, pero ahora tengo que irme - le digo tratando de levantarme cuando él me detiene
— Espera, aún no puedes, te acabas de despertar, además, ¿hay algo que pueda hacer por ti?
— A menos que puedas meter preso a mi padre o resucitar a mi madre lo dudo
— Perdón...- me responde cabizbajo
— No te preocupes, no eres tú
— Si necesitas a alguien que te escuche...
Decido contarle pues de todos modos no podría llevar esto a cabo sola
— Está bien; en resumidas cuentas mi padre mató a mi madre para poder disfrutar de su dinero con su amante y ahora planea enviarme a una universidad lejana, para que no interfiera con sus planes, pero yo no me pienso quedar así, voy a vengar a mi madre y voy a vivir a partir de ahora como quiera, ya no seguiré reglas así que eso es todo. Y por cierto, me llamo Emilia.
— Si necesitas ayuda con tu venganza, estoy disponible, me llamo Adrián
— ¿Por qué, que ganas tú con ayudarme?
— Me gustan los peligros y las aventuras, que dices?
— Ok, trato hecho; ahora debo encontrar donde quedarme a dormir— Aquí, sería perfecto para ti, ya que tendríamos más tiempo de organizarnos con el plan.
— Ok, pues entonces manos a la obra, que empiece el juego; de todos modos solo se vive una vez.
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El Amor También Importa
RomanceDesde que tiene memoria, Emilia ha sido una hija obediente, calmada, tolerante y dócil; hasta que aquél día encontró a su padre con ella, aquella mujer notablemente más joven que él, en una situación totalmente opuesta a los supuestos principios y n...