Alejarse de SeongHwa fue una de las cosas más difíciles que YeoSang había hecho jamás. Desde que liberara al felino, todo lo que YeoSang había querido era estar cerca de él. YeoSang se encontró atesorando cada sonrisa, palabra o roce que habían intercambiado. SeongHwa no era consciente de eso, pero YeoSang se había vuelto bastante adicto a él. Era algo, para lo que YeoSang sabía que no había cura. YeoSang estaba decidido a lograr que SeongHwa fuera suyo. Todo lo que tenía que hacer, era descubrir cómo cortejar a SeongHwa primero. Oh, y no asustarlo en el proceso.
Todo era nuevo para YeoSang. Sus únicos encuentros románticos habían sido folladas rápidas. De hecho, en realidad no los podía llamar ni románticas en lo absoluto. Apenas había intercambiado su nombre con esos hombres. Simplemente satisfacían sus necesidades mutuamente y luego cada uno seguía su camino. Nunca había habido una conexión emocional.
Así que YeoSang, se encontraba en territorio desconocido. No tenía idea de cómo enamorar a alguien. No sabía si debía intentar besar a SeongHwa o si sería mejor tomarse las cosas más despacio. Por lo que él sabía, SeongHwa solo veía a YeoSang como un amigo. A lo mejor solo estaba siendo amable porque YeoSang lo había salvado. Podía ser la gratitud lo que hacía que SeongHwa fuera tan abierto.
Cuando entró en la oficina, los otros líderes ya estaban ahí. YunHo estaba sentado en su silla habitual. Felix en la esquina, nada nuevo allí. SooBin estaba jugueteando con su teléfono, y Jackson estaba frente a una computadora. Eso último preocupó a YeoSang. Jackson no sabía ni mierda de tecnología. La última vez que estuvo tonteando con eso bajó un virus. YeoSang se pasó un día entero arreglando el revuelto.
—Parece que tenías razón en preocuparte por la recompensa — Felix dijo—. Es una de las más altas que he visto nunca, eso dice algo dada la compañía que mantenemos. Después de todo, este no es exactamente un internado para colegialas católicas.
YunHo frunció el ceño.
—Eso no tiene sentido. Por supuesto, a los traficantes no les gusta cuando los prisioneros matan a sus amos. Es un mal negocio, pero nunca pagan buen billete para liquidarlos.
—Eso es porque no es un traficante de esclavos el que quiere la cabeza de SeongHwa. Es el hermano del ex amo. Se siente ofendido de que SeongHwa se comiera al tipo —YeoSang dijo.
Felix sonrió con suficiencia.
—Se, tal vez eso tenga algo que ver. Lo que yo todavía no entiendo, es cómo el hijo de puta va a poder pagar la recompensa. Como dije, es enorme.
Entonces a YeoSang se le ocurrió una idea sombría.
—A menos que el amo de SeongHwa viniera de una familia con los bolsillos llenos, lo que lo haría poderoso en el mundo de los cambiaformas y humanos.
— ¿Te dijo el nombre de su amo? —YunHo preguntó.
—Dijo que su nombre era David y el de su hermano Paul. En cuanto al resto de la familia, no sé si SeongHwa sepa mucho. No es que los dueños de esclavos se sienten a conversar sobre la historia de sus vidas. Consideran que su propiedad está por debajo de ellos. Así que normalmente no reconocen a un esclavo a menos que sea para darle ordenes —YeoSang dijo.
YunHo negó con la cabeza.
—Tienes razón. Debí recordar eso de cuando era esclavo. Supongo, que estoy tratando de olvidar esas épocas.
YeoSang no culpaba al Asesino por eso. YeoSang hacía lo mismo.
Simplemente era muy difícil regresar a esas épocas oscuras. Si pudiera, borraría todos esos momentos de su cabeza. Diablos, incluso estaría dispuesto a abandonar sus capacidades como Asesino si eso significara poder ser normal.
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La cruzada de YeoSang.
FantasyComo asesino, YeoSang ha aprendido a confiar sólo en un limitado número de cambiaformas- sus compañeros miembros de la Hermandad de Asesinos. Cuando le promete a JongHo, la pareja de uno de sus pocos amigos, encontrar al puma que lo salvó. SeongHwa...