Decir que el dojo ahora era completamente detestable sería quedarse corto. Silver es despiadado y Robby estaba lo suficientemente dolorido como para colapsar antes de llegar a la puerta del apartamento de Girlfriends.
Aturdido, se deslizó en el acogedor pero espacioso apartamento. Marilyn, su novia, venía de dinero y mucho.
"Hola, cariño", exclamó desde la cocina donde estaba cocinando lo que olía a salsa de tomate, "¿cómo estuvo la clase?".
Él se encogió de hombros y se acercó a abrazarla por detrás, apoyando la cabeza en su suave cuello.
"Sé bueno y siéntate para mí. ¡Hice espaguetis!
En la mesa, Robby solo picoteó su comida, solemnemente. Se sentía tan culpable por los niños que estaban siendo envenenados por Cobra Kai. Pero ¿qué podía hacer? Al menos ahora vivía con Marilyn y ella era estudiante de primer año en la universidad. Estuvieron separados por un año.
"Robby, come tu cena", lo convenció, levantando una ceja y señalando su propio plato, ya terminado, "no has dicho una palabra, ¿qué pasa?"
"No quiero"
Ella lo interrumpió, mirando esos hermosos ojos azules, "Déjame alimentarte, entonces".
Lentamente, dejó caer la mandíbula por ella y la observó mientras giraba el tenedor entre los fideos y los acercaba a su boca abierta.
"Qué buen chico", murmuró en voz baja, apaciguándolo mientras su hombro liberaba la tensión. Nunca antes había sido alimentado. No tanto como podía recordar. Sin embargo, decidió que lo disfrutaba mucho. El plato desapareció en poco tiempo.
"Vamos a poner algunos dibujos animados de Halloween. El aire se enfría, ¿lo has notado? Estoy de humor para eso, Robby. Vamos," ella sonrió, llevándolo de la mano al sofá.
"Eres tan festivo, ¿no?" Él se burló de ella, con una sonrisa juguetona grabada en sus rasgos de porcelana. Su hermoso niño.
Y así es como terminaron con Robby aferrado al considerable pecho de Marilyn mientras le chupaba el pezón suavemente, sosteniendo el otro seno en la palma de su mano para consolarlo. Se mordió el labio, tratando de no gemir mientras acariciaba tranquilamente su sólida polla.
"Mami", gimió él contra su piel, "mami, por favor. Por favor mami."
Ella suspiró mientras él gemía, contento.
"¿Qué necesitas de mami, bebé?" Ella reflexionó, sabiendo la respuesta.
"La boca de mamá. Por favor. Quiero tu boca mami." Él se retorció en su regazo.
"¿Y tú qué harás por mami?" Preguntó en voz baja, acariciando su cabello ligeramente.
"Cualquier cosa. Por favor, ¡ah, mierda!"
Decidió que él le contaría lo que pasó hoy en el dojo y por qué estaba actuando como un cachorro pateado. Nadie le da una patada a su Robby.
"Buen chico. Shh... lo estás haciendo muy bien, bebé".
Ella maniobró sus cuerpos para sentarse a horcajadas sobre la parte inferior de sus piernas y jugueteó con la cabeza de su pene con su hábil lengua, disfrutando de los sonidos de sus gemidos y súplicas. Lentamente, comenzó a hundirse en él con la boca mientras lo chupaba de la manera que sabía que a él le gustaba.
Sus ojos estaban en blanco mientras sus piernas comenzaban a temblar un poco. Nada complacido aquí más. No podía creer que nadie quisiera cuidar a su pequeño antes que ella.
"¡M-mami! ay mami Por favor. Tan bueno. Se siente tan bien. Estoy tan cerca" jadeó, acercándose a un hilo cuando el orgasmo se acercaba a él. Fue entonces cuando decidió irse.
"¡No!" Exclamó, tratando de agarrar su cabello para volver a ponérselo.
Ella jadeó ante su mal comportamiento, "Robby, no. Eso es muy descortés, ¿no lo crees? Ahora vas a complacer a mami un rato y luego te cabalgo hasta que te corras, ¿vale, pequeña?
Hizo un puchero, pero decidió que le encantaría que ella se sentara en su cara, así que asintió con entusiasmo.
"¿Hm?"
"Sí mami. Me gustaría eso. Por favor."
"¿Ves? Tan bueno para mí", se arrastró por su cuerpo, colocándose sobre su rostro antes de hundir sus caderas y encontrar sus labios con su coño empapado.
Ella gimió cuando su lengua resbaladiza se abrió camino dentro de su cuerpo, saliendo y volviendo a entrar. Ella maulló suavemente cuando él tomó su clítoris hinchado entre sus labios y lo chupó con dureza.
"Suave, pequeño". Le recordó, comenzando a frotar lentamente su rostro.
Sus jugos goteaban en su boca y bajaban por su rostro mientras se acercaba a su propio orgasmo mientras Robby gemía y gruñía en su coño. Un pequeño gemido se le escapó y eso fue suficiente para ella. Ella brotó sobre su rostro, quitándole el aliento.
Cuando ella separó su cuerpo del suyo, él parecía completamente feliz. Su hijito siempre estaba tan feliz de complacerla.
"Mi dulce niño", le acarició la mejilla remilgadamente, alineando su entrada en la punta de su polla. Sin más ganas de provocar, se agachó sobre él hasta que estuvo completamente envainado dentro de ese agujero húmedo.
"Mami, te sientes tan bien. ¿Sólo para mí? ¿verdad mami? Oh, tienes toda la razón, por favor muévete. por favor mami Seré bueno. Entonces, muy bien por ti. Por favor."
Su dulce balbuceo sacó lo mejor de ella cuando comenzó a rebotar rítmicamente hacia arriba y hacia abajo sobre su polla hinchada, follándose hasta que se corrió sobre ella. Utilizó el temblor de sus muslos para voltearlos una vez más.
Entre sus piernas, él bombeó dentro de ella como un animal, "Te amo. Mi mami. Mío. Te amo. Sólo mío. Mami. Mami. Oh, estoy tan cerca. ¿Puedo correrme mami?"
"¡Córrete para mí, nena!" Ella gritó cuando otra descarga de placer rompió su cuerpo y se corrió de nuevo. No fueron segundos después que él se derramó dentro de ella.
"Eso fue increíble." Murmuró mientras se derrumbaba junto a ella en el sofá.
Ella besó su frente y jugó con su cabello mientras él se recostaba pacíficamente sobre su pecho.
"Fue. Te amo, Robby. Eres todo para mi."
Nunca ha significado nada para nadie, así que ser todo de repente fue demasiado. Enterró la cara en su piel desnuda y la acarició, con la esperanza de que no se le escaparan lágrimas.
"Ahora, ¿qué diablos pasó en el dojo?"
Se rió en su pecho, "bueno, todo comenzó cuando Kreese trajo a un amigo..."
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