Una Flor en el Desierto

Capitulo-3

*****Leyla*****
Cuando llego al hospital me siento aún peor, mi dolor, no ha hecho más que empeorar. Inmediatamente viene una enfermera y un médico atenderme, sin pensarlo me revisan de pie a cabeza cuando les informo que ha sido un golpe en un accidente.

Me realizan varios exámenes, como nunca antes me habían hecho en mi vida, puedo notar como el médico se ha quedado horrorizado cuando ha visto las distintas marcas en mi cuerpo producto de mi desdichada vida, las disímiles marcas de heridas que me ha hecho mi madre, al querer defender a mi hermana de sus golpes los cuales no he podido atender correctamente debido a no tener seguro médico, trato de ignorar mi propia vergüenza y despejar mi mente cuando siento que me han inyectado en el brazo e inmediatamente siento el cuerpo más relajado.

Decido preguntarle si sabe de mi hermana y él me responde amablemente que enviará a la enfermera que me atiende, según escuché su nombre es Olga, cuando siento que estoy quedándome dormida.

—Doctor qué pasa, me estoy quedando dormida— le pregunto media adormilada.

— Te he inyectado un calmante para el dolor, descansarás un buen rato y verás que despiertas como nueva. — me responde tan amable como siempre.

— Necesito saber de mí hermana Sophia, por favor— le suplico cuando veo a la enfermera entrar a la habitación y le dice algo en voz baja al Dr. Smith, él se gira y me regala una sonrisa deslumbrante.

— Ahora mismo me dijo la enfermera Olga que en la sala de espera se encuentra su hermana en perfecto estado en compañía de su amigo.
Al escuchar que Sophia está bien me dejo llevar por el medicamento y me quedo profundamente dormida.
 
****David****
Ya llevo más de una hora sentado en la sala de espera del hospital Central con la hermana de Leyla, la propia niña me ha dicho sus nombres y ahora mismo Sophia se ha quedado dormida apoyada en la silla, puedo notar que lleva puesto unos zapatos gastados y la ropa le queda hasta grande cuando recuerdo que Leyla me dijo que no tenía con qué pagar la cuenta del hospital, me parece muy injusto que una chica tan linda y una niña tan tierna pasen tanta necesidad, que injusta es la vida, unos tenemos mucho y otros nada.

Cuando sentí el golpe no dude en salir del coche para ver qué había pasado, a pesar de no conocerlas no podía hacer otra cosa más que ayudarlas y aunque parezca mentira me preocupa la salud de Leyla. También, admito que es una chica hermosa, tiene una belleza tan natural e inocente que no me la puedo sacar de la cabeza.

Ya llevo un buen rato aquí y no me han dicho nada, ya me estoy desesperando porque no me traen noticias de Leyla, como si fuera por arte de magia sale una enfermera preguntando por los familiares de Leyla Stuart y automáticamente le hago seña de que nosotros para no despertar a Sophia.

Me informa que Leyla ha corrido con suerte y lo único que tiene es una lesión en las costillas, que con calmante y reposo se recuperará pronto totalmente.

Mi cuerpo se relaja y suelto todo el aire que no sabía que estaba comprimiendo en mis pulmones al escuchar tan buena noticia. Yo mismo me extraño al sentir tal aflicción por dos completas desconocidas.

— Enfermera. ¿Podemos pasar a verla?— le digo afligido con toda esta situación.

—Por supuesto, pueden pasar pero tienen que esperar a que despierte porque le hemos puesto un calmante para el dolor y está dormida—me explica amablemente.

— Muchas gracias. ¿Cuál es la habitación?—le pregunto muy interesado.

—La 325—me dice con una sonrisa amable.

—Muchas gracias—le digo.
Trato de despertar a Sophia pero me es imposible parece estar muy cansada hasta que decido cargarla en brazos para ir a la habitación de su hermana a esperar que despierte.

Cuando entro a la habitación me encuentro con la chica más bella que he visto en los años que tengo de vida. Su pelo negro castaño y su piel tan blanca como la nieve, su rostro parece angelical.
Cuando mi vista recorre sus brazos puedo ver moretones y heridas mal sanadas y automáticamente, me destruyo por dentro, cómo es posible que alguien pueda hacer tal daño a esta chica, esto no es producto del accidente, esto es antiguo y es lo que más me duele.

Por mi cabeza pasan muchas ideas, será miembro de alguna banda, aunque no lo parece su rostro es un ángel. ¿Qué infierno vivirá en su casa? ¿Tendrá casa?

Miles de interrogante dan vueltas por mi cabeza y solo me queda esperar hasta que pueda despertar, mejor dicho que despierten las dos porque a Sophia la he acomodado en el sofá y está durmiendo tal madrugada fuera.