27, cupid

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— me voy a quedar acá por un mes. – exclamé mientras peinaba su rizado cabello, él se encontraba recostado con su cabeza en mis piernas y el restó de su cuerpo recargado en el sofá.

— un... ¿qué?. – se levantó de su posición y se sentó.

— un mes. – le sonreí, pero me preocupé cuando duró unos segundos pensando y sin sonreír.

— re piola. – por fin sonríe y se vuelve a colocar a como estaba.

— me gusta mucho tu cabello. – dije mientras lo veía. él miró hacía arriba encontrando nuestros rostros. — y tus pestañas... te las voy a cortar. – reí.

lo único que escuché salir de sus labios fue un triste y lamentable "gracias".

no puedo negar que toda la noche estuvo demasiado seco comparado a otras veces, me trataba como una amiga más de las del montón.

creo que me creí mucho el papel de la mejor amiga, solo fui un momento en el que habló todo el tiempo conmigo y ahora simplemente se aburrió, o tal vez hay otra más.

comencé a sentirme mal al pensar que yo siempre nos he visto como mejores amigos o tal vez con algo más que una amistad.

odio esa parte de mi, esa que cree que vivimos en una puta historia de wattpad donde de la nada puede enamorarse de mi.

cuando no es así, esto es mucho más complicado, esto es la vida real.

aquí y ahora, aquí y ahora, aquí y ahora...

se acabaron los apodos bonitos, las llamadas nocturnas, los chamuyos, los mensajes todo el tiempo.

desde hace una semana que estoy en argentina, y por más que salimos juntos, solo los dos, con amigos, se comporta muy diferente.

si esto iba a terminar así, mejor no me hubiera tratado tan lindo al inicio para al final tratarme como otra más. solo me mal acostumbró.

— ¿qué haces?. – me pregunta mientras tecleó algo en mi celular, lo apagué y dejé a un lado cuando me preguntó.

— nada. –  suspiré.

— ¿todo bien?.

— si.

— bueno, rodri me dice que si vamos al mac con sara, uni y él a comer. – habla y se para del sofá para ponerse el buzo.

no me insistió...

claro que no te va a insistir, si no querés no y punto. ¡deja de joder daniela!

— me parece bien. – me levanté del sofá fingiendo una sonrisa.

se fue al baño, dejó su celular en la mesa del living y al parecer se le olvidó apagarlo porque pude ver sus mensajes con georgina.

no quería ser entrometida, pero la curiosidad me ganó, tomé su celular mientras me lamentaba por ser tan entrometida y vi sus mensajes.

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𝗦𝗘𝗟𝗙 𝗖𝗔𝗥𝗘. spreen ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora