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¿Qué es lo que le pasa a Park Sunghoon? Pensó el rubiecito.

¿Cree que puede andar por ahí, acostándose con él? siendo perfecto, declarándose, y ahora besándolo sin pretender que le afecte en nada?
Oh, Park y él nunca se habían besado, ni siquiera antes, éste era su primer beso con un hombre, su primer beso con Sunghoon, su primer beso de verdad, y ese era el mejor. Qué barbaridad.

No sabe exactamente cómo se supone que las cosas marchen después de esto, no sabe qué se supone que serán Sunghoon y él después de eso, no sabe nada, absolutamente nada, excepto que esto sigue gustándole demasiado, tal y como la primera vez.

No estaba seguro de si fue por sus nervios, pero Sunghoon se separó de él, cortando el beso, que había sido tranquilo, nada parecido a algo que haya hecho antes, incluso no me parecía que haya venido de Sunghoon. Pero lo era, era de Sunghoon, y eso es increíble.

— Todo hubiera sido más sencillo si lo hubieras dicho... — No sabe qué decir, ahora mismo estaba sintiendo mucha vergüenza, pero no se sentía mal, no se siente como hace un momento cuando estaba tan atrapado en sus ideas. Pero... es que esto es tan nuevo, tan genial. Deberia dejar de enredarse tanto en sus pensamientos si quiere seguir sintiéndome de esta manera.

Sunghoon entrecerró sus ojos y sonrió levemente ante sus palabras.

— Nada es sencillo contigo, Ni-ki. Lo digo con seis años de experiencia como prueba.

— ¡Pues sí! Pero esto es... —Sunghoon le interrumpió juntando de nuevo sus labios. El nuevo beso era diferente, dejando de lado toda la calma del anterior.
Aferró sus manos a su camiseta cuando sintió de imprevisto su lengua tocando su labio. Giró el rostro cortando el beso que no quería ceder. — iNo me interrumpas cuando hablo!

— Ibas a empezar a gritar... — Sunghoon recargó sus manos sobre la pared, dejándole ahora acorralado entre ésta y su cuerpo. — Y te ves mejor calladito.

— Te estás pasando, sé más respetuoso conmigo. — Sunghoon rió con fuerza en su cuello, ni siquiera supo en qué momento había metido su rostro ahí, pero las exhalaciones que comenzó a dibujar sobre su piel le advirtieron de su cercanía.

— Suelo perder el respeto en ciertas ocasiones, en ciertas circunstancias.... con ciertas personas. — Sunghoon besó su cuello, fundiendo el calor que ahí se encontraba con el suyo.

Intentó con todas sus fuerzas no temblar, no demostrar que cada beso que dejaba sobre su piel se mantenía ardiendo como si fuese una quemadura. Pero todo se volvió más difícil cuando su lengua intervino, cuando después de dejar sus castos besos los probaba con la cálida punta de su lengua como si desconociera el efecto tan fuerte que en él causaba.

— iNo, no, no, no, ahí no, Sunghoon!...

Encogió sus hombros intentando apartar a
Sunghoon de él cuando sintio sus besos en su clavícula. Sintió un extraño apretón de placer en su interior cuando ejerció fuerza en su contra y lo mantuvo quieto contra la pared, ignorando su queja, continuando con lo suyo. Su cuerpo pegado, tan cerca.
Qué difícil ser él teniendo a Sunghoon restregándose en el.

— Ni-ki... — Sunghoon murmuró, creyó que todo andaba mal cuando sus manos lo sujetaron de la cadera, para que después una de ellas se frotara en contra suya, con una destreza delirante.

Su tacto era tan perceptible aún con la ropa que lo cubría de por medio, los movimientos que sus manos daban sobre él eran tan bruscos y gentiles al mismo tiempo. ¿Cómo puede ser brusco y gentil al mismo tiempo? Eso no es normal, pero le gusta tanto como lo hace.

Gimió, con voz más aguda de la que pretendía, su interior estaba estremecido por el placer que me invadía, enredo sus brazos en su cuello para ocultar su rostro; no quería que lo viera así ante la luz del día, porque ahora no es de noche, y no es sexomne, ahora está frente suyo, y él tan expuesto a él

Parasomnia  ;  HoonkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora