All eyes on you, my magician

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A las doce y media se produjo un alboroto, una señora asomó su rostro sonriente y pregunto si querían golosinas. Grace y Harry nunca podían comprar dulces con los Dursley, así que con los bolsillos llenos, decidieron comprar un poco de todo para compartir con Ron. Era agradable la sensación de estar charlando y riendo con un amigo mientras comían todo tipo de dulces extraños.

-Que son estás?- pregunto Grace, cogiendo una rana de chocolate- No son ranas de verdad, no?

-No, solo tienen un hechizo que las hace saltar, mira que cromo tiene, a mi me falta Agripa - dijo Ron.

-Que?

- Oh, por supuesto, no debes saber... Las ranas de chocolate llevan cromos, ya sabes, para coleccionar, de brujas y magos famosos. Yo tengo como quinientos, pero ni a Agripa, ni a Ptolomeo-Grace abrió la rana y saco el cromo, la rana de chocolate salto por la ventana.- Albus Dumbledore.
Un ansiano de barba larga, anteojos de media luna y cabello gris. Debajo de leía Albus Dumbledore. Grace había leído sobre él, el director de Hogwarts, considerado uno de los magos más poderoso del tiempo presente. Cuando la joven le dió la vuelta, la imagen ya no estaba.

-Ya no está!

-No creerás que se va a quedar ahí todo el día - le respondió Ron, pidió si podía abrir otra Rana y Harry asintió.

-En las fotos de los muggles las personas se quedan ahí- le contó Grace.

-Que? Que raro! Cómo hacen eso?- Ron parecía realmente sorprendido.

Se oyó un golpe en la puerta de compartimento, él joven de cara redonda que Grace había visto al entrar, parecía afligido. Recordó que lo escucho hablar con su abuela de que había perdido a su sapo, pensó que era una muy interesante elección de mascota.

-Perdon- miro a la peliroja y sus mejillas enrojecieron, él joven bajo la vista avergonzado - no habéis visto un sapo?

-Puedo ayudarte a buscarlo si quieres- Grace no dejo que el muchacho contestará y se levantó de su lugar y se colgó su bolso de mano, dónde llevaba su uniforme- Voy a cambiarme después.

Harry y Ron comenzaron a hablar de Quidittch.

-Soy Neville - se presentó el joven sonrojado hasta las orejas.

-Soy Grace, es un placer conocerte Neville- Grace y Neville entablaron una conversación mientras buscaban a su sapo Trevor. Neville vivía con su abuelita, Augusta Longbottom, él le tenía bastante miedo y Grace pudo sentir que casi estaba aliviado de entrar a Hogwarts.

-Mi abuela pensaba que yo era un Squib- Grace se vio desentendida, así que Neville continuo hablando- un hijo de magos, pero sin magia, yo... no mostré ninguna señal de ser un mago... sigo sin mostrarlo, creo que fue una sorpresa para ambos- dijo abatido.

-Yo tampoco mostré ninguna señal, no todavía - le confesó aliviada de no ser la única - tengo miedo de que me vaya muy mal- confesó por primera vez en voz alta.

No encontraron a Trevor, pero recorriendo el tren dos veces y ya faltaba poco para llegar, Neville volvió a su cubículo a cambiarse, contento de tener una nueva amiga y Grace camino hasta el baño más cercano, en el camino vio a los gemelos Weasley haciendo bromas con sus compañeros, se apresuró para que no la vieran pasar y corrió hasta el baño. Cambio su ropa por el uniforme neutro de Hogwarts, estaba emocionada por la selección de las casas, no importaba en cuál quedará solo quería empezar las clases, ansiaba por conocer a sus compañeras de habitación, esperaba hacer grandes amigas.

Poco menos de una hora después llegaron a los terrenos de Hogwarts. Una voz retumbó por el tren indicandoles que dejarán el equipaje, y que este llegaría por separado. Grace y Harry tenían la emoción a flor de piel, Ron podía verlos pálidos debajo de todas esas pecas.
El tren fue aminorando la marcha hasta que se detuvo, todos empezaron a empujarse para bajar al pequeño y oscuro andén.
Grace se estremeció bajo el frío aire de la noche. Una lámpara se alzó por encima de sus cabezas y la gran cara peluda de Hagrid rebosaba alegría.

Enchanted to meet youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora