CAPITULO 26

2.1K 54 7
                                    


Apenas cerro la puerta del departamento y ya lo tiré del cuello para besarlo. Sus manos rodearon mi cintura como de costumbre. Esta vez me estaba besando diferente, mas intenso, posesivo. Su lengua arremetió contra la mía, sin parar mientras que mis manos se perdían entre su cabello buscando una forma de atraerlo más a mí, si fuera posible.

Te necesito – me susurro al oído. Sentía como dejaba besos cálidos por mi oreja y cuello.

Vamos a tu pieza – le respondí mirándole a los ojos. Esos ojos verdes que se habían puesto mas oscuros de tanta excitación.

Me levanto haciendo que mis piernas lo rodearan por su cintura, apretándome contra el con mucha fuerza, como dejándome sin escape. Gemí en voz baja al sentirlo tan cerquita mío. Algo de ese Marcos mas posesivo, brusco, esa voz tirante ronca que le salía, me calentaba.

Cuando llegamos a la pieza me apoyo en el medio de la cama. El se quedo parado frente a mi mientras iba desabrochando cada botón de esa maldita camisa, que le quedaba pintada, solo que ahora quería que volara de su cuerpo.

Seguís con ropa – le dije mientras me apoyaba con los codos aun sosteniéndole la mirada.

Me cuesta un poco este cinturón, me ayudas? – me dijo con una sonrisita compradora. No dude ni dos segundos y me senté al borde de la cama para luego desabrochar ese pantalón y poder desnudarlo.

Me detuve en el bóxer y empecé dejando besos por toda su erección oculta por esa tela. El trataba de esconder sus gemidos y eso solo me ponía más.

Veni – me dijo parándome en frente de el – ahora la que tiene mucha ropa sos vos.

Hacete cargo – le respondí y me di vuelta para que pueda tener mejor alcance al cierre de mi corset.

Lo fue abriendo lentamente mientras dejaba besos por toda mi espalda. Me estremecía tan solo con sentir sus dedos que recorrían mi espalda. Cuando logro sacármelo me giro y me beso nuevamente. Fue bajando lentamente por mi mandíbula, cuello hasta llegar a mis pechos. Sus manos agarraron de ellos y las atrajo a su boca provocando un gran suspiro en mí. Se estaba tomando su tiempo con ellas, torturándome, haciéndome tentar hasta el máximo.

Lo agarre de sus hombros y lo fui empujando más hacia abajo para que entienda que quería que siga. Lo hizo. Bajo nuevamente dejando besos por todo mi abdomen hasta llegar a mi pollera. Bajo el cierre y la misma cayo al piso, la siguió mi ropa interior que también la había casi arrancado de mí.

Cuando sentí sus besos nuevamente es mi sexo ya no pude contener mis gemidos, sus manos me agarraron del culo atrayéndome más a él. Yo solo me sostenía de sus hombros para no caer. Ya ni sentía mis piernas del placer que estaba corriendo por todo mi cuerpo.

No puedo más Marcos – le dije casi gritando.

Rápidamente me empujo acostándome en la cama nuevamente, bajo a mis piernas para sacarme las botas que aún tenía puestas (justo hoy decido ponerme la caña alta). Cuando logro sacarlas subió rápidamente hasta llegar a mi boca para besarme nuevamente.

Estas segura? – me pregunto. Por un momento esa mirada imponente e intimidante se transformo de nuevo en esos tiernos ojos verdes.

Si mi amor – le respondí y sonrió al escucharme llamarlo así. No lo había ni pensado, me salió como un reflejo.

Se arrodillo en la cama para poder levantarme y moverme mas hacia el respaldo de la cama. Se fue directo al cajón de la mesita de luz que tenia al costado y de ahí saco un preservativo.

Se lo puso y lentamente me penetro, ambos gemimos al mismo tiempo en reacción a sentirnos por primera vez. Estaba tan mojada que entro sin ningún impedimento. Al comienzo empezó moviéndose de manera lenta para acostumbrarme a él.

EL TIEMPO LO CUIDARA; MarculiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora