Capítulo 21 ( El antojo )

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Me pareció eterna la noche, todavía no podía creer que yo y Bolcad… bueno yo había pedido un tiempo. Este día ha sido el más loco, me la he pasado súper con mis compañeros, pero no para de pensar en él, pues se ha vuelto la puta causa de mi borrachera y de mi futura resaca.

Tomo mi móvil y comienzo a darle un vistazo a mis últimas actualizaciones en mi instagram. Puedo notar como las lágrimas corren si pleno aviso, mientras miro una foto de Bolcad, Billie y yo en la piscina ¿Habré hecho lo correcto?

Al parecer Luis escucha mis lamentos y se acerca a mi cama sentándose en la misma.

— Princesita ¿Por qué lloras? – pasó una mano por mi mejilla quitando un poco de cabello que se había colado en mis ojos.

— Emmmm, nada – limpie mis lágrimas – cosas de ebrios ¿No? – intente excusarme pero este chico ya me conocía bien.

— Sabes Mel, puedes contarme lo que sea – me miraba atentamente – o acaso ¿no soy tu mejor migo?

— Sí, sí que lo eres ¡Joder! – lo abracé  agarrándome del cuello – es que no paro de pensar ¿Qué si habré cometido un error al darnos un tiempo?

— Mel, ¿tú lo quieres? - preguntó agarrándome el mentón.

— Sí lo quiero, pero… - me corto con un dedo en mis labios.

— No hay peros, solo acciones y tú no le has demostrado esas acciones, no te has parado a pensar ¿Por qué hizo, lo que hizo?, ¿Por qué se le lanzó a la cara? – respiró - ¡Joder Mel, lo hace porque él también te quiere!

— ¿Pero cómo arreglo las cosas, si fui yo quien las rompió?

— No sé, solo tú sabes la respuesta – me dio un beso tierno en la frente y me dejó sola para acostarse en su cama, yo mire el reloj  de mi mesita que está al lado de mi cama y vi que eran las 4:36 am de la madrugada, así que decidí yo también ir a dormir.

***

El sol fue el único despertador que tuve, pues ni pensé ir a clases, estaba demasiado cansada y me dolía mucho la cabeza, después me inventaría una historia a los profesores.

Me senté en la cama y pude divisar con la mirada que mis compañeros tampoco se pensaban despertar. De repente sentí algo raro en mi estómago, algo que jalaba con mucha fuerza, era habré, no he comido nada desde ayer en la tarde.

— Luis, Luis – llame a susurros a mi mejor amigo.

— No Mel, ahora no – decía entre balbuceos.

— Es que tengo habré y no es un habré cualquiera.

— ¿Qué tipo de habré tienes?

— No sé, pero se me antoja comer un helado de ciruela, ¿Eso existe? Bueno no sé, pero también quiero una Coca-Cola y unos patatas fritas, una hamburguesa McDonald y lo más importante, muchos, muchos chocolates – joder pero que habré tengo.

— ¿Estás de coña? ¿verdad? – abrió los ojos como platos, mientras que yo no decía nada - ¿Enserio? – asentí con la cabeza haciendo un puchero – espera un momento y salgo a buscarte tu “desayuno”- utilizo las comillas con los dedos en la última palabra.

— Gracias.

Luis se encerró en el baño para cambiarse, después de unos minutos salió de la habitación, dejándome en compañía de dos troncos de dormilones.

No sé pero esta mañana me siento un poco diferente, no sé si será causa del alcohol o de otra tontería, pero tenía las defensas un poco tristes y decidí llamar a mamá, Luis podía darme todo el consejo del mundo, pero ninguno es comparado con el de ella.

Cogí mi teléfono y antes que nada mire la hora para saber si podía hacerle una llamada, ya que normalmente está trabajando, estaba de suerte son las 10:25 am, hora oficial de su descanso de cinco minutos.

Ring, ring, ring, ring

— Si, ¿Mel eres tú? – se escuchó del otro de la línea.

— Pues si mamá – dije con una voz cortante.

— Me alegra mucho de que me hayas llamado, no sabes cuenta falta me hacía escucharte.

— Lo sé mamá, y quería… yo… disculparme contigo y papá, no os debí haber tratado de esa manera, soy una hija estúpida, que no sabe agradecer lo que tiene haber tratado de esa manera, soy una hija estúpida, que no sabe agradecer lo que tiene y ¿Qué es lo que hace? Lo hecha…

— Chuuuuuu, hija ya todo está bien, en todo caso los culpables somos nosotros por no haberte contado toda la verdad desde un principio – mamá aguantaba sus ganas de llorar – perdónanos, no sabes que es tener que diseccionar a tu propio hijo, hasta que tengas el tuyo propio – no aguanto más sus lágrimas y yo lloré con ella.

— Mami te quiero.

— Y yo a ti, mi retoñito.

— Ma, ¿te puedo pedir un consejo?

— Claro corazón.

Le conté a mamá lo sucedido con Bolcad y a cada palabra que daba, yo más lloraba, siempre he tenido confianza de contarle las cosas y se me hizo raro al decirle que había perdido la virginidad, ella es muy abierta conmigo y me daba los mejores consejos para el sexo, incluso me contaba anécdotas de su experiencia referidas a sus relaciones de jóvenes a las cuales no le prestaba atención por vergüenza ajena.

— Mira amor, no sé qué decirte, si tú crees que debes de estar con él, pues lo estas, si crees que por ser agresivo te debes alejar, pues te alejas. Has lo que tu corazón sienta – las palabras de mi madre me hicieron un nudo en la garganta – bueno cariño te dejo que debo de seguir trabajando.

— Gracias mami.

Después de que colgara, llego Luis con todo lo que le ordene que me trajera y me lo sirvió en una bandeja para luego llevármela a mi cama.

— Lo siento pero no había helado de ciruela y lo compre de vainilla.

— Gracias Luis.

Me acerqué a la bandeja y al sentir el olor a comida salí corriendo al baño, donde pote las bilis, le sentí tanto asco que cuando recordé el olor volví a vomitar y lo próximo que recuerdo es que me desmaye de una deshidratación.

***

Estoy nuevamente en el hospital con Luis, esta vez ya no estaba en una ingresada, sino en una camilla de la sale de ultrasonidos agarrándole la mano a mi mejor amigo, desando que no fuera lo que estamos imaginando 

— ¡Felicidades van hacer papas! – creo que la doctora mal interpreto nuestra relación.

— No, no somos pareja, solo amigos – Luis re rectifico y la doctora se puso un poco roja de la vergüenza.

—Pero igual eso no da el hecho de que no estés…

— ¡EMBARAZADA! – grite como mis cuerdas vocales me lo permitieron.

*Amigos perdonen por no haber actualizado antes, es que estoy con los exámenes finales y he estado estudiando casi todo el tiempo

Ustedes no saben lo mucho que me alegra que lean mi historia

Muchísimas gracias

Y si les gusto este capítulo no olviden votar y comentar su parte favorita
Besitos de Melissa*   

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