Donde Jimin le gusta vestir de mujer, ponerse maquillaje y hacerse el inocente, pero le manda mensajes o tweets a cu compañero Jungkook, aparte de que se le insinúa en la escuela cuando anda solo.
O donde Jungkook se cansa de tanta indirecta de su c...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Tal y como Namjoon había dicho, a eso de las ocho y media de la noche, todos estaban en la casa de Jungkook. Si en la casa, porque en este tiempo recorrido, todos se habían graduado y conseguido trabajo. Jungkook trabajaba en la empresa de sus padres y se había comprado una casa pensando en Jimin y todo sus planes. El tenía la corazonada de que él volvería a casa, con él. Los chicos se encontraban hablando en la sala, así era siempre, ellos jamás dejaron a su amigo solo, siempre iban a casa y lo trataban de distraer, contándole charradas de sus trabajos y sus jefes, el cómo algunos eran de amargados o como sus compañeros coqueteaban con ellos. Pasaban varias horas con él. Jungkook siempre se los agradecía, le hacían olvidar por un momento en como la vida era tan injusta con él. Las terapias también le había ayudado mucho, porque gracias a la fuerte noticia de su novio, del shock, él había quedado sin habla, hasta hace apenas unos pocos meses que empezaba hablar de nuevo.
—¿Cómo va todo, kookie?.— pregunto Hoseok, él y Jungkook se habían vuelto muy apegados, ambos eran los que más mal la habían pasado con la noticia.
—B-bien... aún lo extraño, pe-ro... estoy mejorando. —respondió un poco lento, su boca aún se relegaba a dejarle hablar tranquilo.
—Me alegra mucho, ¿cómo llevas la empresa?
Por un momento se quedaron en silencio. Al principio, desde antes de terminar la carrera, Jungkook había batallado bastante. Cuando aun lo le salía palabra alguna de la boca, todos a su alrededor, tuvieron que aprender hablar lenguaje de señas junto a Jungkook para poder entenderlo, incluso llego a pasar burlas de algunos en la universidad al igual que cuando tomo la empresa, era desesperante no poder hablar para poderse expresar. Pero tuvo que mantener la calma. A lo largo de este año y medio casi, había sufrido bastante y lo seguía haciendo, él estaba aferrado a la idea y a la esperanza de que su precioso novio volvería a su lado.
Le agradecía mucho a sus padres y amigos, porque jamás lo dejaron solo. Ellos venían, lo sacaban y lo hacían reír. Con las terapias, poco a poco fue entendiendo el porqué, de la decisión de Jimin. No lo juzgaba, tampoco lo odiaba, simplemente lo extrañaba y lo amaba aún más con el tiempo, por ser tan valiente y fuerte para enfrentar tanto dolor y emociones juntas. A veces lloraba de desesperación por no tenerlo a su lado, por no saber como estaría ni como la estaba pasando, era cuando agarraba el trozo de papel arrugado y maltratado, era el que le daba consuelo.
—Va mucho me-mejor que antes. — les regalo una dulce sonrisa. Jungkook estaba aún vulnerable, todos se daban cuenta.
—Eso es excelente kook, que les parece si vemos una película?.
Los chicos asintieron, se pusieron a ver "Dos policías rebeldes" siguieron con "Dos policías rebeldes dos" y por último "Bad Boys para siempre", soltaban carcajadas con la interaccion y actuación de los personajes, eran tan divertidos juntos haciendo la dupla perfecta. Después de ese maratón, la hora de irse llego, se despidieron de Jungkook el cual ya se notaba cansado. En cuanto ellos se fueron, Jeon fue a su habitación, la cual tenía adornada con muchas fotos de él y Jimin, observo cada una, hasta llegar a la que tenía en el buro de aún lado de su cama, esa foto era especial, era cuando le había pedido a Jimin ser su novio, el día más feliz de su vida.
—Re-gresa pron-to a casa, bebe.— susurro acostándose y llevándose la fotografía a su pecho, acunándola hasta quedarse dormido.
Pero mientras él dormía, en el aeropuerto, una familia salía por las puertas, con una grande sonrisa en sus labios.
—Volvimos a casa mi amor, por fin volvimos a tu lado.