Capitulo 4

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Hanna

me aleje con una sonrisa triunfante en mi rostro, había logrado que todos mis problemas finalmente terminaran, había convencido a mi esposo para que cambiara el testamento con la excusa de "por si nos llega a pasar algo, que Kiny este protegida". y lo había logrado, la única manera de que todos los derechos "Adams" me pertenecieran era que Kinereth muriera.

un dolorcito en mi pecho hizo que mirara atrás pensando en que si mi hijo me hubiera hecho caso estaríamos los dos disfrutando de la herencia Adams y buscando la manera para también quedarnos con la fortuna en crecimiento de mi ex marido.

agradecí a dios que hubiera tenido el tiempo suficiente para salir a la azotea en donde me esperaba el elicoptero, recuerdo con gran emoción y adrenalina corriendo por mis venas el ver como nos elevamos rápidamente y después el ver la enorme ola tirando todos los complejos habitacionales, mi corazón comenzó a palpitar con fuerza al ver como el elicoptero se desestabilizaba por el agua salada y por la onda magnética que había causado el tsunami, confieso que estaba nerviosa por pensar que no hubiera sido suficiente y que Kinereth y Adrián hubiesen sobrevivido pero para mi gran sorpresa una segunda ola de un poco menor magnitud arrastro con lo poco que quedaba.

no había duda, yo era la única sobreviviente de la familia

-señora, necesitamos buscar un lugar para aterrizar aquí en la isla para revisar que los sistemas del elicoptero funcionen de la manera correcta- dijo el piloto mientras maniobraba para no perder el control por el viento

-hagan lo necesario- respondí perdiendo mi vista en el inmenso océano

mientras me puse a pensar en que historia diría cuando llegáramos a la ciudad, Kinereth y los pocos sobrevivientes morirían de hambre o por los tigres que había mandado liberar hace unos cuantos meses, nadie encontraría la "isla" ya que me asegure de que esta desapareciera por completo, solo faltaba activar las bombas restantes y nadie podría encontrar de nuevo a mi querida hijastra, era perfecto...

después de media hora el elicoptero ya estaba de nuevo en marcha, pedí prestado un cuchillo a una de las personas que se encontraban conmigo y pedí que activaran las bombas restantes, ya nos encontrábamos lo bastante lejos como para que la explosión pudiera llegar hasta mis oídos pero había planeado todo con tanta delicadeza y precisión que estaba completamente segura de que aquella isla llena de animales y personas había quedado en el pasado... no existía mas.

rasgue mi ropa con el arma y la llene de agua con arena que había pedido ayer en la mañana, me ardió como el infierno cuando el agua salada entro a mis heridas pero la sonrisa triunfal no podía desaparecer de mi rostro

llegamos a un puerto abandonado de la ciudad, y el elicoptero se marcho, no sin que antes les diera una muy merecida paga por sus servicios a los sicarios que había contratado, desarregle mi maquillaje y alborote mi cabello, mire mi reflejo en una de las ventanas y me aplaudí mentalmente, parecía toda una sobreviviente

al caminar la gente me miraba con lastima y asombro, incluso una señora me dio unos cuantos dólares para comprar comida, obviamente se los arroje a el rostro y continúe mi camino al hospital, al llegar a las puertas me deje caer, como si mis piernas no pudieran avanzar, como si en verdad me doliera existir... segundos después enfermeras y médicos salieron a mi encuentro y comencé a sollozar

.

habían pasado dos días desde que me encontraba en el hospital, eran aproximadamente las 9 de la noche y los médicos estaban conversando dentro de mi habitación para pasarse la guardia, yo me encontraba con la respiración tranquila y los ojos cerrados haciendo parecer que me encontraba dormida pero me interesaba en gran manera escuchar su asombro sobre mi, por haber sobrevivido a un tsunami, yo obviamente era la algarabía del hospital, de la ciudad y podría apostar que hasta del mundo entero.

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