•Capitulo 23•

149 25 2
                                    

Kinn insertó un tercer dedo, este entró con más facilidad, lo que significaba que la entrada del menor ya estaba lo suficientemente dilatada.

—Kinn... por favor... hazlo ya

—Solo un poco más amor, no quiero lastimarte....

Cuando Kinn se aseguró de que la entrada de su amado estuviera lo suficientemente dilatada para no lastimarlo, retiró sus dedos, este volvió a tomar al menor y con muchos besos lo puso boca abajo, Porsche ya sabía lo que venía.

Este se acomodo entre las sábanas, mientras el mayor, se ponía un codón, cuando los dos estuvieron listos, Kinn con mucho cuidado fue introduciendo su pene en la entrada del menor.

Cuando Porsche lo sintió, soltó un pequeño gemido y arqueó la espalda, al principio era dolorosos pero poco a poco ese dolor iba a cambiando a placer.

—Estas bien?—Pregunto el mayor mientras lo besaba para que este se fuera acostumbrando al dolor.

—Kinn... lo estoy... sigue... sigue... follame... hazme tuyo...una vez más...—Le suplicaba entre gemidos.

—Tus deseos son órdenes cariño— Dijo antes de introducirlo por completo.

Kinn se acercó a Porsche y comenzó a besarlo para que este se acostumbrara por completo, cuando se aseguró de que este lo estaba disfrutado comenzó a moverse poco a poco.

Kinn tomo la cintura del menor y intentaba mantener un ritmo al mover la cadera, para penetrarle con delicadeza.

Los gemidos de Porsche comenzaron a sonar por toda la habitación, Kinn buscó llegar más profundo, moviéndose ahora un poco más rápido.

Cuando sus movimientos fueron más rápidos, logró tocar ese punto en el que se encontraba en placer de Porsche.

—Kinn....maldición...— Este no podía completar una frase sin evitar gemir.

Kinn sonrió complacido le gustaba lo melodioso que era escucharlo maldecir mientras gemina y clamaba su nombre.

Entonces, repitió sus movimientos con más velocidad mientras gemía para luego besar el cuello de Kinn, atreviéndose a morderlo, solo porque le gustaba ver las marcas en el cuerpo del menor.

Kinn sabía que estaba por llegar su orgasmo, así que aumentó la velocidad, haciendo ruido mientras sus cuerpos chocaban.

El cuerpo de Porsche comenzó a ceder, lo que significaba que también estaba por llegar su orgasmo. Cuando Kinn se dio cuenta de esto, bajo un poco la intensidad.

—Joder Kinn...no parres...puedo aguantarlo.

Este un poco preocupando, volvió a subir su intensidad, para luego sostenerlo de la cintura, asegurándose que este no se fuera a lastimar. Kinn siguió penetrando a Porsche con mas fuerza.

Al cabo de unos segundos, Kinn se vino dentro de Porsche, este al sentir el líquido caliente gimió para luego venirse encima de las sábanas.

Kinn soltó cuidadosamente a Porsche dejando caer su cuerpo, para luego acostarse junto a él.

—Estás bien?

—Lo estoy, sabes que puedo aguantarlo—Dijo acomodándose en el pecho de su acompañante.

—¿Lo disfrutaste?

—Por supuesto que si... tú siempre logras complacerme.

Algo que Porsche amaba de su chico, era lo atento que este era, no importa en que situación estuviesen, siempre de preocuparía por su estado.

🌈Un amor imposible🌈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora