Kim Taehyung es demasiado popular para su propio bien y los rumores sobre su persona no son especialmente buenos.
"Hey, escuché que sales con cualquiera que te lo pide, ¿Seamos novios?" Le dice una chica que ni siquiera conoce.
Como sea, él acepta...
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— ¿Quieres que vaya contigo, Gukkie? Solo debo regresar el vestido, no tardaré mucho.
— No, noona, tal vez no pueda concentrarme si vas y es mi primer día. — sonrió con pena mientras salían del teatro. El ensayo de los séniors aún no terminaba pero Jungkook debía irse. Ji-eun solo asintió.
— Está bien, entonces. Sé que te irá bien, Gukkie, pero de todas formas, ¡Mucha suerte!
Esa fue su última conversación con Ji-eun antes de salir del campus para dirigirse a su nuevo empleo. Agradecía que estuviera tan cerca de la facultad ya que no necesitaba correr para llegar a tiempo.
La cafetería de Seokjin no era necesariamente grande, es cierto, pero el lugar era demasiado bonito. Jungkook se preguntaba cómo no había sabido de el antes.
Aquel lugar le transmitía una tranquilidad inexplicable y no lograba hallar la razón.
Tal vez eran las luces cálidas las que le daban un aspecto acogedor, quizá eran los muebles de madera los que lo hacían sentir como en casa, o esas pinturas enmarcadas que decoraban las paredes, pinturas que lo hacían sentir nostálgico. Tal vez era el lento flujo de clientes, en su mayoría alumnos apurados que pedían un espresso doble para llevar, o estudiantes quienes ordenaban una bebida caliente y se dedicaban a leer en silencio, Jungkook no sabía bien qué era, pero cuando entró al lugar por primera vez, sintió un cambió radical en su ambiente.
Sintió vibras bonitas, como decía Ji-eun.
Vagando en sus pensamientos estaba Jungkook, como el soñador despierto que siempre fue, que no se dio cuenta del momento en que sus piernas se detuvieron, pues ya estaba frente a la puerta de su nuevo trabajo. La cafetería aún estaba cerrada, pero Seokjin le había dicho que solo debía empujar la puerta para entrar así que eso hizo.
— ¡Seokjin-nim, ya estoy aquí! — Jungkook estaba vestido con una chamarra negra enorme y una bufanda bonita que había sido un regalo por parte de Yoongi. Se adentró al lugar y agradeció que contaran con calefacción porque pronto sus manos dejaron de sentirse tan frías
— Te dije que solo me llamaras hyung, niño. — la voz de Seokjin venía desde el cuarto trasero y Jungkook caminó hasta allá. Vio a su jefe entonces, se encontraba acompañado de un chico ya uniformado, parecía que acababan de limpiar el lugar. Seokjin lo miró de arriba a abajo.— Se nota que no manejas bien el frío, ¿Eh?
— Adoro el invierno Seokjin-ni...hyung. Adoro el invierno pero el frío a veces es demasiado, ¿No lo cree? Está comenzando a nevar de nuevo.
En ese cuarto habían algunos casilleros, Seokjin le explicó que ahí podía cambiarse al uniforme que usaría, así que no tardó en acercarse al que le fue asignado, todo mientras escuchaba la contagiosa risa del mayor a sus espaldas, el sonido poco a poco se fue alejando.
— Pareces un niño perdido entre toda esa ropa, ¿Cierto, Hoseok? Caminas como un pingüino, dios.
Se sintió contagiado por el buen humor del mayor y aquellas carcajadas suyas lo hicieron reír también, olvidó pronto el hecho de que el objeto de las risas era él.
