Pies congelados

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-Cuatro grados...

-No es para tanto, ya encendí la calefacción, esperemos que se ambiente mientras preparamos la cena.

Apenas había entrado al departamento había dejado mi bolso en la habitación y me había subido a la cama para meterme debajo del cubrecama.

Con Jean trabajábamos en lugares distintos, él era funcionario público en el área de vialidad en recursos humanos y yo trabajaba en el hospital estatal de Shiganshina en el área de rehabilitación kinesiológica, siempre nos encontrábamos en la parada del transporte cuando no hacíamos planes con los chicos. Era nuestro primer departamento arrendado, si bien, ambos teníamos trabajos bien remunerados, estábamos esperando la respuesta del banco y la inmobiliaria para tener el sueño de la casa propia. Llevábamos meses de casados, la luna de miel fue rápida, pero intensa; no queríamos perder el tiempo, queríamos nuestro propio espacio, sin embargo, no me quejaba, el departamento de ahora tenía calefacción, dos habitaciones y amplios espacios comunes, pero ahí caía el dilema en pleno invierno, eran tantos espacios que se demoraba en calentar y luego de pasar más de 10 horas en un hospital con los pies congelados, yo ya no era persona.

-¿Estofado para mañana? -Preguntó Jean sacándose la ropa de trabajo para colocarse algo mucho más relajado y cómodo.

Asentí sentándome en la cama, pero tratándome de envolver en las mantas.

-Y ahora prepararé arroz y curry, solo que no siento los pies. -Dije moviendo los mencionados encima de la cama para hacer fricción y calentarlos.

Jean se giró para mirarme con una sonrisa.

-Te ves adorable, pero si te quedas quieta ahí sentirás más frío -Comentó tomado su ropa para llevarla al cesto de ropa sucia.

Lo seguí con la mirada hasta que desapareció por el pasillo.

-¡Jean!

Solo unos segundos y él más alto se asomó por la puerta con el signo de interrogación en la cara.

-Ven, ven. -Saqué la mano para hacer el gesto que se acercase.

-Déjame ir a poner el agu-...

-No, deja, iré enseguida, pero necesito decirte algo.

Con un suspiró rendido volvió a entrar a la habitación, específicamente a la cama.

-Dime amor. -Se inclinó y casi rozó nuestras narices. Este hombre era especialista en embobarme cada vez que podía, con un simple gesto, sentía el zoológico entero en mi estomago y las ganas de tirarme encima de él eran incontrolables.

Con una suave e inocente sonrisa dije:

-Caliéntame los pies, no siento mis dedos.

Él arqueó sus finas cejas y con la expresión intacta habló.

-¿No quieres que te caliente otra cosa?

-¡Jean! -Me quejé entre burla y risa de su persona, pero jamás iba a perder.- Eso luego, tengo las pompas congeladas, pero puedo aguantar, mis pies no.

-Igual mis manos alcanzan las pompas. -Dije tratando de reír. Se subió a la cama y con cuidado deslizó el cubrecama y las mantas. Le ofrecí mis pies con los calcetines de Shinchan que me había comprado en el viaje a Hizuru.

-Pero debo alimentar a mi señor esposo, no podemos perder el tiempo.

Sus manos se posaron en ambos pies, sus manos mágicamente estaban muy cálidas y la ternura que ocupaba para frotar mis pies hacían que lo único que quería era poder quedarme en cama junto a él y mimarlo como él siempre lo hacía conmigo.

-Bueno, mientras cocinas-...

-Que no, cariño, esas manos estarán ayudándome a colocar los servicios. -Estiré mi mano para desordenar sus cabellos grisáceos, siempre se peinaba el cabello hacia atrás, pero la melena que poseía se veía mucho mejor desalineada, como la ocupaba antes con su juventud algo rockera. Un rockero y una gótica, ahora quién nos viera.

El ambiente ya se sentía más acogedor y ya no era tan terrible el clima.

-¿Ponemos una película para comer? -Las manos de Jean comenzaron a deslizarse por mis tobillos hasta mis rodillas encima de mi pantalón.

-The breakfast club -Agregué inclinándome hacia adelante para poder alcanzar sus labios.

-Yo te iba a decir Abracadabra 2, pero si quiere un clásico.

-Me conoces muy bien, pero quedan 125 días para Halloween, esperemos antes de comenzar octubre.

-Ok, pero mañana vemos Misión de rescate -Susurró rozando nuestros labios antes de dejar un pequeño chupón de esos que antojan en mi labio inferior.

-Lo que quieras, lo que tú quieras -Me moví en la cama para avanzar y encimarme en él, abrazándolo por el cuello.

-La uno y la dos -Me atrapó entre sus brazos y comenzó a besarme para evitar mi respuesta.

-Er... Eres, mh, un trm, un tramposo, Kir... Kirstein -El beso se concreto al tiempo que sin vergüenza alguna fui más allá buscando su lengua para juguetear con la mía.

El clima ya pasó a otro plano, la calidez que él me entregaba y nuestro hogar poco a poco ambientándose solo daba el paso para disfrutar del crudo invierno. Unos besos más, unos chupones traviesos y unas palabras de amor vinieron antes de decidir que era tiempo de ir a preparar la cena.

Por la noche, mis pies se metieron entre sus piernas y el calor no los abandono.


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AU TIME!

Trataré de subir historias diversas, dejemos el postcanon para otra ocasión, es la era de los AU 

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⏰ Última actualización: Jun 29, 2023 ⏰

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