𝓂𝒾𝑒𝓇𝒸𝑜𝓁𝑒𝓈

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Para Jeongin fue extraño que lo primero que apareciera en su cabeza al despertarse fuera la ilusión de que Hyunjin también lo estuviera esperando esta mañana, recostado en esa vieja puerta de madera. Evidentemente había algo en él que le atraía, pero sus miedos y demonios siempre serían más grandes que su fuerza de voluntad y, por ende, no quiso averiguar el por qué de tan inusual suceso.

Ahora que lo pensaba, ¿Por qué Hyunjin había llegado tan temprano ayer? Jeongin usualmente llega media hora antes de la hora de apertura del local, lo cual ya es lo suficientemente preocupante para Dahyun, quien alguna vez le dijo a su empleado más antiguo que no debía sentirse obligado a madrugar tanto, llegar cinco minutos antes bastaba. Jeongin no se quiso ni imaginar la cara de preocupación que la dueña del local pondría si se enteraba de que Hyunjin llegaba aun más temprano.

Ya a tan solo unos pasos de llegar a su lugar de trabajo, nuevamente se encontró a Hyunjin siendo consumido por el sueño. La sensación de querer sonreír lo invadió, hasta que notó que al lado de Hyunjin había un bolso negro con suficiente espacio como para empacar para un viaje de unos cuantos días. ¿Tendría una muda de ropa para ir a la universidad después? No, una única muda de ropa no haría que el bolso se viera tan lleno y pesado.

— Jeongin-ah, siempre tan puntual — Dijo Hyunjin despertándose por completo y poniendo su brazo encima de los hombros del más bajo. Dicho gesto no hizo que Jeongin pasara por desapercibida la mirada apagada del mayor, definitivamente le había pasado algo.

— ¿Y ese bolso? — Preguntó Jeongin sin poder contener su curiosidad. El corto silencio que Hyunjin le dio como respuesta le hizo entender que había tocado un tema incómodo para el mayor.

— Hoy quedé con unos amigos para hacer un plan en la noche, como no alcanzaría a llegar a mi apartamento a una hora decente y me da pereza llegar de la universidad a mi apartamento y después al apartamento de mi amigo, decidí traerme todo de una vez para poder quedarme a dormir con él — Explicó Hyunjin, soltando un vomito de palabras y evitando el contacto visual con Jeongin. El menor no le creyó, claramente no estaba bien, pero se rehusó a preguntarle sobre el tema. ¿Por qué debería importarle si Hyunjin estaba bien o no?

— Okay, hoy me toca barrer a mí, así que esta vez revisarás el inventario que está en la caja — Soltó Jeongin intentando sonar lo más seco posible.

— ¿Tampoco dormiste bien anoche? — Preguntó Hyunjin rodando los ojos, vaya actitud la que tenía su compañero de trabajo. Ante la mirada fulminante de Jeongin, simplemente rió. Parte de Hyunjin agradeció que no le hiciera más preguntas, no creyó ser capaz de explicarle al menor que últimamente había estado peleando excesivamente con uno de sus compañeros de apartamento, quien convenientemente era el dueño de este, sin que se le saliera una que otra lágrima de la frustración. A pesar del alivio, su otra parte se decepcionó por la respuesta seca de Jeongin ¿A caso él no estaba interesado de la misma manera en la que Hyunjin lo estaba?

— ¿Ayer saliste o tuviste algún plan? Pareces alguien que prefiere ver series en vez de...

— No, no hice nada — Interrumpió Jeongin a su compañero. Intentó sonar lo suficientemente agresivo como para que Hyunjin se alejara, pero su respuesta nuevamente lo único que hizo fue hacer que el contrario quisiera saber más. — ¿Viniste aquí a trabajar o a hablar? Ve a hacer el inventario de una vez.

El intento de Jeongin de sonar intimidante le causó gracia y ternura a Hyunjin, quien por un momento olvidó el peso emocional que llevaba en los hombros y decidió comportarse como un buen payaso. Haciendo un saludo militar exagerado que captó por completo la atención de Jeongin, dijo en un tono de voz bastante alto — Como usted ordene capitán — marchando hasta la caja que estaba a tan solo unos pasos.

Gladiolas [Hyunin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora