Capítulo 3

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-Hola, soy Javier Derrenes, un gusto conocerlos a todos- me presenté -Tengo doce años, no tengo ninguna habilidad primaria, voy a trabajar acá como traidor de los héroes, y eso sería todo, gracias por recibirme.

-¡Él es el hermano de Nicolás!- gritó alguien del público.

-¡Hola, cuñado!- gritó una chica, que estaba sentada al lado de Nicolás, y que no había notado.

-¡Damila, habíamos planeado decirle de esto después!- se quejó Nicolás, poniendo su mano en la cara.

Todos empezaron a hacer barullo, hablando sobre mí y mi hermano. No sabía cómo reaccionar, pero dejé el micrófono, me bajé del escenario, y me senté en mi lugar.

-Lo hiciste muy bien, Jam- me felicitó Nicolás, usando mi apodo familiar.

-Muchas gracias, Nico- respondí, sonriendo -Sólo me presenté, pero gracias.

Vi de costado a mi cuñada, Damila. Tiene pelo color verde oscuro, ojos negros, piel morena y bien cuidada, y un labial rojo bordó . La forma de su cara me hace acordar a Daniel... mi bully de la infancia, por si ya se olvidaron.

-Un gusto en conocerte, Javier, soy Damila, la esposa de Nicolás.

-Nico, ¿¡tenés esposa, ya!?

-Y sí, veintiocho pirulos, y no iba a llegar a esa edad sin casarme con el amor de mi vida.

Mientras Nicolás decía eso, Damila se recostó en su hombro.

-Bueno, estoy muy feliz por ustedes, espero que sólo la muerte los separe- dije, amablemente, y con una sonrisa de orgullo por mi hermano.

-Oigan, ¿quieren unas empanadas?- invitó Sarah, con una bandeja en sus pequeñas manos, y una sonrisa en su cara adorable y santa.

-Bueno, dale, ¡muchas gracias!- respondí, mientras agarraba una -¿De qué son?- pregunté.

-Son de jamón y queso, ¿te gustan?

-¡Sí, gracias!

-De nada, espero que estén ricas.

Nicolás, Damila y Alex también agarraron empanadas, y empezamos a comer.

-¿Y ustedes ya tienen un plan?- preguntó Nicolás.

Damila se asomó, mostrando interés.

-De hecho, sí, pero no sabemos dónde aplicarlo- respondió Alex.

-Creo que deberíamos fijarnos en algún mapa, y obtener información de escuelas de héroes- Propuse.

-Sí, eso sería lo básico- Respondió Nicolás.

Pasó la hora de cenar, y Alex y yo fuimos a nuestra habitación.

-Bueno, mañana empezaremos nuestro plan- me recordó Alex.

-¿Y cuándo será el entrenamiento?

-Eso es dentro de tres días- aclaró -Los tres días son para pensar un plan perfecto para lo que vas a hacer.

-¿Pero nosotros ya tenemos un plan, no?

-Bueno, sí, pero no sabemos dónde aplicarlo.

-De acuerdo.

Miro la hora, y son las doce de la noche con veintitrés minutos.

-Es bastante tarde, deberíamos dormir- dije, mostrándole la hora a Alex.

-No, gracias- respondió Alex, sin ánimos.

-¿¡Qué!?

-Lo que dije.

El traidorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora