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CORRI HACIA LA CORNUCOPIA, ignorando a todos los que luchan por sus vidas. No puedo salvarlos. No puedo.
Estoy indefenso, no tengo armas, a menos que corra hacia la Cornucopia, así que me obligué a correr e ignorar a la gente ensangrentada frente a mí.
Entré, pero inmediatamente me topé con otro tributo que sostenía un hacha, mis ojos se abrieron de par en su enorme figura y decidí que tenía que luchar contra él o no saldré vivo de esta maldita arena.
Iba a balancear su hacha hacia mí, pero lo esquivé y fui a la sección de dagas agarrando todo lo que pude conseguir y cerré los ojos y lo apuñalé. "Lo siento". Lo susurré y lo empujé hacia Marvel, que estaba esperando con una lanza y terminó su vida en un segundo.
"Bueno uno cinco". Dijo y agarró algo de detrás de una bolsa y me lo dio. Era una ballesta plateada, como el arco y la flecha que obtuvo Glimmer. "Gracias". Susurró y dejé caer la daga con sangre.
Poco después de mi encuentro con Marvel, todos los homenajes se fueron en el bosque, dejándome a mí y a la chica del Distrito 4 y a las Carreras en la Cornucopia. "Podría haberla conseguido si no fuera por la estúpida mochila". Escuché a Clove decir desde detrás de mí y entraron en la Cornucopia.
"Veo que mataste a alguien cinco". Glimmer me sonrió y le di una ligera sonrisa.
"No te preocupes, la cazaremos". Cato dijo mirándome y yo los miré para verlos a todos mirándome, me frunté las cejas "¿Qué?" Pregunté en voz alta, balanceando la ballesta en mi mano.
No necesito estar nervioso, necesito sobrevivir.
"Nada". Cato sonrió: "Veo que Marvel te dio la ballesta".
"Sí, es mi arma". Dije y sonreí caminando de nuevo para agarrar algo por detrás.
"Deberíamos ir a cazar". Clove caminó a mi lado, probablemente también yendo a la estación de dagas, "¿No deberíamos descansar?" Glimmer dijo, arreglando las flechas en su espalda.
Miré hacia el cielo para ver que se oscurecía, "Solo una muerte. No haría daño". Clove dijo de nuevo, mirándome "¿Qué dices cinco?" Ella me sonrió, pero no era una sonrisa genuina, es la sonrisa burlona y una sonrisa asesina al mismo tiempo.
"No lo sé". Dije expresando lo que realmente quería decir y sentado en el césped. "Pregúntale a Cato, ¿no es como tu líder?" Lo dije de nuevo, moviendo mis manos hacia adelante y hacia atrás.
Entonces el cielo se puso mucho más oscuro ahora, lo que indica que ya es de noche, y luego el cañón resonó y miré hacia el cielo nocturno y conté cuántos tributos habían caído.
13, me dije mentalmente a mí mismo
"¡Mira!" La chica del distrito 4, que aprendí que se llamaba Lorraine, señaló el bosque donde hay humo, lo que significa que un tributo ha encendido un fuego y morirá.
