Limpiando La Sangre

20. Sin mirar atrás

Otra noche de soledad y desasosiego. A oscuras, Miri se pregunta si de verdad será rescatada; si su esperanza y horas confiando en sus papás no serán en vano.

Ya se está empezando a debilitar su ánimo y se está comenzando a sentir sola.

No sabe nada de lo que ocurre en el exterior. No está al tanto de las personas a las que le importa. No sabe si vendrán sus padres o si vendrá la policía y saldrá por las noticias.

Lo único en lo que está firme es en que sabe que sus padres están dando hasta lo que les falta para poder sacarla; y que pronto volverán a estar juntos.

No sabe que hora es, pero sabe que afuera está claro. Tiene sueño, pero no quiere dormir; no se siente segura.

Mientras piensa oye que la cerradura de la puerta se abre y Takuya entra sin pedir permiso.

—Qué bien que estás despierta —expresa aliviado— Traje esto para ti.

Se acerca a Miri con una bolsa de de Victor's Secret con rayas rosa y rosa claro. De adentro saca un set de lencería y se lo muestra.

—Quieren fotos tuyas con esto puesto.

A pesar de su edad, Miri sabe lo que es esa ropa, y sabe sobre las cosas vulgares que suelen hacer cuando se la ponen. La mira con desprecio y niega con su mirada.

—Si no te la pones, estarás aquí hasta que yo quiera. No te querrán comprar.

—No me importa —es la respuesta seria de Miri.

—¡Que te pongas la ropa, maldita niña! —Takuya ya está harto de la actitud negativa de Miri.

—¡No! —Miri lanza la ropa que Takuya le mandó a comprar para tomarle fotografías— ¡No me obligarás a nada! ¡Pervertido!

—¡Estás acabando con mi paciencia! Hazme caso si no quieres que me haga cargo a mi manera.

—¡No seré vendida a nadie, ni llevada a ninguna isla con ningún viejo millonario! ¡Prefiero morir!

—¡Entonces te mataré si me vuelves a negar!

Takuya le da la ropa a Miri y ella la agarra esta vez.

Confiado y creyendo que ganó, Takuya empieza a marcharse de la habitación hasta que se detiene al escuchar un sonido de ropa desgarrándose.

Miri acaba de romper el atuendo con sus propias manos y lo tira al piso.

—¿Con que quieres retarme?
—Takuya se voltea, enojado. Camina rápido hacia Miri y saca su celular de su bolsillo.
—Mientras más te tardes en hacerme caso, más tiempo estarás aquí.

Con su mano, agarra a Miri por el cuello, a punto de asfixiarla y acomoda su cabeza para que quede mirando hacia al frente.

Miri agarra uno de los brazos de Takuya para sacarselo y poder respirar mejor, pero Takuya aprieta más mientras más ella forcejea.

Takuya apunta su celular al rostro de Miri y empieza a tomarle varias fotos consecutivas con flash —Pudiste haber quedado mejor en las fotografías, pero no quisiste.

Las luces molestan la vista de Miri y empieza a ver puntos de colores y a parpadear. Entre eso y las manos de Takuya apretando su cuello, la hacen entrar en confusión y pierde un poco sus sentidos.

—Jessie está interesado en tí como quiera. La ropa era para provocarlo, aún así estás fotos servirán.

—¡Ya basta! —Miri levanta una pierna y le patea la entrepierna a Takuya.

—¡Niña idiota! ¡Eso me dolió! —Takuya se dobla y se cubre el área con una de sus manos. Con la otra, y con fuerza, le da una cachetada a Miri.