Antes de llegar a casa, después de comprar la cerveza, mientras caminaba lento y pacífico en la misma calle de siempre, pensé: «¿Qué estoy haciendo?». Me sentía fuera de lugar, tanto que parecía un sueño (pero en realidad sería una pesadilla).
Al aproximarme a la casa ya oía esa música horrible, asquerosa y carente de gracia. Cuando quise entrar (lamentablemente) en aquel paraíso reguetonero, metí la llave en el cerrojo de la puerta, para darme cuenta de que estaba abierta, eso me hizo pensar: «¿Por qué mi casa (heredada) no está bajo llave? ¿Por qué Lydia puede hacer fiestas en mi casa a su antojo? Sé que somos menores de edad y aún no es realmente mía, ¿pero no podría al menos preguntarme o avisarme de antemano?».
En fin, entré a la casa. Solo estaban Emir y Fermín, lo curioso de esto, además de que en la supuesta fiesta no había ni un alma (ni siquiera la anfitriona), es que estaban uno encima del otro, la imagen se me grabó en la mente.
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El Vano De La Conversión
Fiksi UmumLe vio los cuernos, nos confiamos. Pero quién soy yo para juzgar después de todo lo que hice, ahora solo puedo odiar, pues no soy yo, soy alguien más, que no sabe lo que fue, ni lo que será. ¿Podré recordar? No se si quiero, pero ella sí, cada vez q...