Capítulo 6

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Maury volvió la cabeza al oír la peligrosa advertencia de Darien y se apretó contra las piernas de Serena

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Maury volvió la cabeza al oír la peligrosa advertencia de Darien y se apretó contra las piernas de Serena. Incluso a ella le sorprendió la frialdad de su voz. Sabía que saldría en su defensa, pero no había esperado ver un brillo tan amenazador en sus ojos.

El pastor alemán también lo vio y trató de protegerse y se movió entre sus piernas, sin decidirse por qué lado tenía que defendarla.

Entonces, Darie bajó los escalones del porche y dio un puñetazo a Rubeus en el hombro que lo tiró por los aires, llevándose consigo un trozo de la camiseta de Serena.

Ella cayó en dirección opuesta y el perro a medio camino. Mauro fue el primero en recuperarse e, inmediatamente, clavó los dientes en Rubeus. Después de eso, Serena no vio nada durante unos segundos debido a que Buck había saltado sobre ella con evidente alivio de verla.

-Por favor, cielo, quítate -jadeó Serena tratando de concentrarse en los puñetazos y maldiciones que oía cerca.

Tomó en brazos al cachorro y se sentó.

Cuando se dio media vuelta, Darien estaba metiendo a Rubeus en su coche.

-¡Y no vuelvas por aquí!

¿Quién era Darien? Se preguntó. Había creído comenzar a saberlo, pero la violencia que había presenciado...

-¿Te encuentras bien? No sabía si podía responder a aquel desconocido. -¿Serena?

La expresión de acero desapareció de los ojos de Darien. Su fría ira fue sustituida por calor y ternura, el calor y la ternura que le atribuía a su Darien. Se arrodilló delante de ella y, con una ternura que traicionaba su tamaño, le acarició el cabello y el hombro desnudo. De repente, como atontada, Serena se preguntó qué le había pasado a su camiseta.

-Cielo, no me mires así. ¿Te ha hecho daño?

-No, estoy bien...

-¿Quién demonios es ese tipo?

-Rubeus Mahar, el sobrino del nuevo cocinero. Han venido al pueblo este fin de semana. Armand es un viejo amigo de Nicolas. Y Nicolas está tan contento de verlo que no se ha dado cuenta de la clase de sinvergüenza que Rubeus es.

-¿Y has tenido que aguantarle así durante todo el fin de semana?

A Darien no iba a gustarle la respuesta. Como supuso, su mirada se enfrío bastante. Incluso Buck decidió que era demasiado amenazante y se fue a hacer compañía a Maury.

-¡Maldita sea! -protestó Darien-. Y yo que creía que estabas deprimida por la serpiente. Lo primero que vas a hacer mañana por la mañana es hablar con Nicolas, ¿de acuerdo?

-Sí. A pesar de que no quería, no me queda más remedio. Si tú no hubieras parado a Rubeus...

Serena se estremeció y Darien la estrechó en sus brazos.

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