Darien Mamoru Shields. Mamoru.
Cuando el pequeño reactor se elevó y dio un giro hacia el norte, a Darien comenzó a resultarle familiar el nombre. Pero le estaba dando mucho dolor de cabeza, además del dolor de corazón que el rechazo de Serena le había producido.
Miró por la ventanilla y buscó con los ojos algo que le resultase familiar, el viejo trailer plateado. Serena no podía haberle dicho en serio que se marchara. No podía. Lo que ocurría era que se había quedado tan perpleja como él.
«¡Es tu esposa!»
Recordó esas palabras y el dolor se agudizó. Con el rostro sombrío, miró a la mujer que estaba sentada frente a él. Su esposa. Galaxia. ¿Había podido estar enamorado de una mujer tan artificial como ésa?
Por supuesto, era atractiva. Pero Darien sentía que todo lo que hacía tenía un propósito, una finalidad que hacía su fría elegancia distante, remota. Dura. Desde que subieron al avión, ella no había dejado de dar órdenes a la tripulación. Era una mujer a quien le gustaba controlar. ¿Le habría controlado a él también?.Sin saber por qué, la idea le pareció inaceptable, ridícula.
Cuando el auxiliar les llevó la botella de champán que ella había pedido, se recostó en el respaldo del asiento y alzó su copa con una sonrisa de satisfacción.
-Bebe un poco, Mamoru, es tu champán preferido.
-No, gracias -respondió él con cortesía al auxiliar que sujetaba la bandeja con una segunda copa.
Cuando el hombre se retiró, observó a Galaxia. Le parecía un poco pronto para beber alcohol.
-Nos has dado un buen susto, Mamoru. Y esa chiquita de Hicksville... -Galaxia sacudió la cabeza-. Te has rebajado mucho, aunque supongo que, dadas las circunstancias, no has podido evitarlo.
-Serena me ha salvado la vida.
-Ya, a diferentes niveles, ¿verdad? -los castaños ojos de Galaxia se tornaron frios-. Bueno, le diré a Drew que prepare los tests apropiados. Aunque sé que no es cosa mía, me ha dado la impresión de que esa pequeña vagabunda ha viajado cuantos kilómetros en el trailer. No queremos que contraigas algo contagioso, ¿verdad, cariño?
Cuando Galaxia levantó la copa para llevársela de nuevo a los labios, Darien, echándose hacia delante, se la tiró de un manotazo. La copa se estrelló contra la ventanilla al otro lado del pasillo. A pesar del terrible dolor de cabeza, clavó los ojos en la perpleja y aterrada mujer.
-¡Dios mío... Mamoru!
Quizá debido al dolor de perder a Serena o quizá a causa de tener que soportar a Galaxia una vez más, ocurrió que Darien empezó a recuperar la memoria con brutal claridad.
-¿Qué demonios has hecho?
-Yo sólo quería...
-Ni una palabra más -dijo él señalándola con un dedo.
ESTÁS LEYENDO
Solo un recuerdo
FanfictionApareció en la oscuridad, como un sueño; salvo que, en los sueños de Serena Tsukino, no aparecían hombres desnudos sufriendo amnesia. Serena no podía negarse a ayudar a un hombre necesitado, y éste la necesitaba más de lo que ella imaginaba. "Darie...