Capítulo 9

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"¿Terminaste?. Lena Asintió rápidamente, viéndola a los ojos, sonriendo. Poniéndose su ropa, intentó arreglarse al mismo tiempo que veía a Kara intentar levantarse de la cama, batallando levenemte.

"Deja te ayudo"

"Por favor, me duelen las piernas". Rió levemente al comentario del menor, comenzó a vestirla rápidamente, poniéndole cada una de sus prendas. El sentir la piel caliente de Kara, tocar su aterciopelada piel levemente, más con lo que acababa de pasar, todo fue el cielo para Lena, que la sonrisa jamás se le iba a quitar del rostro.

"'¿Qué le dirás a tu mamá?" Las sábanas estaban siendo retiradas para que Kara las hiciera bola y las cargara con una mano, después la vio.

"Que no puedo mover las piernas porque me hiciste estirar muy fuerte, estilo mariposa y casi me rompes una pierna". Se le acercó y la besó. Si ese era el mejor día de Lena, nada, nada en la vida podría superarlo. Le sonrió a la menor, alegre y después dispuso a arreglarse ella misma, desde elminar el sudor de su cuerpo a arreglar su cabello.

"De acerdo, ¿Y de la sábana?!".

"Que estabas comiendo frituras y se te cayó una salsa que tenían esas cosas, manchando mi cama".

"¿Por qué todo yo?".

"Porque mi mamá te ama, así que cualquier cosa que hagas a ella le encanta, sea o no sea buena". Leves caricias en su mejilla izquierda y después salieron de su habitación, bajando las escaleras en pequeñas maldiciones que Lena encontró graciosas.

Ella preferiría que Kara se acostara a su lado, abrazarla y cuidarla por más de dos horas para que pudiera caminar bien después, pero al parecer no pudo.

Estaba trabajando últimamente en la panadería familiar recibiendo la justa paga, así que ella podría pagar un hotel o por lo menos, un motel para poder compartir un momento especial con ella. Quería hacerlo.

Tomó su mochila, bajando y se encontró con la señora Danvers cortando verduras para ponerlas en un sartén. En cuanto se vieron, se sonrieron y la mamá de Kara la abrazó con tanta fuerza que la morena sentía que no podría respirar, pero aún así anhelaba ese abrazo y recibir uno todos los días.

Su madre no la abrazaba mucho ya que ella era muy seca y distanciada. No sólo era si con su hija, era así con toda la familia. Lena jamás había visto a su madre abrazar a alguien, o decir un te amo, no comprendia cómo es que su papá seguía casado con ella, siendo él tan sensible y sentimental.

"¡Lena, hace años que no me saludas como se debe!" Un beso en su mejilla, y la señoa Danvers la acarició, bajó el fuego de la estufa y sentó a la chica en la mesa, viéndola con alegría. "¿Cómo estás?".

"Hoy estoy de tan buen humor, que nada, lo juro Eliza, nada podrá hacerme sentir mal".

"¿Kara se te declaró?" O talvez solo eso, Lena dejó de sonreír al mismo tiempo que negaba, y la señora Danvers solo suspiró, como si estuviera cansada. "De verdad que mi hija es una tonta y ciega como para no notar el amor que tú le tienes, ¿Por qué mejor no te le declaras tú?".

Era algo gracioso el recordar cómo la mamá de Kara descrubrió la condición de Lena, sus preferencias sexuales y el tierno amor que le tenia a su hija. En una alberca, cuando invitarón a la mejor amiga de su hija a la primer reunión familiar, Eliza notó esa mirada que la morena tenía sobre su pequeña, el cómo la cuidaba y sobre todo, cómo la ponía ante todo, y lo de su condición... un pequeño accidente donde se vierón involucrados los pantalones cortos de Lena y las torpes manos de la mayor.

"No tengo el coraje".

Eliza juntó las palmas de sus manos y apúnto al cielo.

"Señor todo poderoso, tú que todo lo ves, por favor guía a mi hija por el camino de la sabiduría y que note el tierno y puro amor que le tiene Lena, tú que estás en los cielos ayúdanos, amén".

"Eli..."

Una palma silenció a la chica.

"Santa María, made de Dios, tú que eres madre, por favor, ayúdame a guíar a mi hija por el correcto camino del amor y sabiduría enterna, tú que eres madre ayuda a Lena a tener el coraje, dale valentía a su corazón y razonamiento a su mente, tú que eres madre, ten piedad de nosotros". Sus manos guiando de cabeza a sus hombros y después a sus labios. Volteó a ver a la chica frente a ella. "¿Qué decias?".

"Amén". Hizo la misma acción de la mujer, que sonrió.

"¿Mi dulce Kara se ha acercado a Mike?" La morena asintió, viéndola a los ojos. "Dios, ¿Por qué es tan tonta y se fija en personas que solo le hacen mal?".

"Escuché que Mike dijó que saldría con Kara si ella bajaba más de peso, no sabe la furia que tengo desde ese día, si de verdad estuviera dispuesto a salir con ella, que lo haga ya, no puede pedirle eso a ningúna persona". Eliza asintió, tomando sus manos.

"Sé que la furia vive en tu cuerpo al saber que hay gente que se burla de Kara, pero Lena, la violencia no es una opcíon". Ladeó su cabeza, viéndola a los ojos. "Sé que te metes en cada pelea solo para defender a Kara, pero no dejes que la furia te gane, corazón".

"Es sólo que, el saber qué hay gente que se puede burlar de Kara me llena de furia".

"Dimelo a mi, soy su madre", Escuchó que la mujer tronó sus dedos. "¿Qué es lo que más te gusta de mi Kara?".

"¿A qué vino eso?".

La mayor alzó sus hombros, pero sonrió. "Jamás te he preguntado" Lena asiente.

"No hay nada de Kara que no me guste, todo en ella me parece perfecto". Ambas suspirarón.

"Es una chica tan hermosa, ¿Verdad?".

"Sí".

"Los genes hicieron bien su trabajo". La menor rió, viendo a la madre de su mejor amiga. "Aqui viene Kara, hay que fingir una conversación... ¡Ah, Lena, me alegra que te esté yendo mejor en mate, ahora que Kara es tu tutora".

"¿Cómo lo sabe?". Preguntó en un susurro y la otra le guiñó un ojo.

"Kara me cuenta todo, corazón".

Dieta de Sexo (Supercorp) Lena G!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora