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Se encontraban en medio de la penumbra, Izuku seguía los pasos del rubio, quien lideraba su camino entre los oscuros y desagradables pasillos de lo que en tiempo pasado había sido un centro de investigación gubernamental.

Se supone que estaban allí intentando recuperar los códigos para acceder al registro de información de la comisión nacional de héroes profesionales de Japón.

Habían pasado meses desde que todo el sistema se desmoronó a causa de la plaga creada por un antiguo héroe que, por razones desconocidas, había decidido convertirse en villano.

Katsuki caminaba a paso firme pero silencioso, guiándose por la luz de la pequeña linterna sobre su granadero modificado. El aire era amargo, contaminado por el espeso olor a podredumbre y moho que llenaba todo el edificio. Izuku apretó la mandíbula, intentando contener las arcadas cuando pasaron acerca del cadáver en descomposición de lo que presumía, había sido un guardia de seguridad.

Debían ser rápidos, se suponía que el edificio no estaba poblado por más que cadáveres y ratas, sin embargo, no habían sido los primeros en ser enviados a esta misión y tenían conocimiento de que el primer equipo, no había regresado.

Katsuki se detuvo abruptamente, haciendo que Izuku de congelará en su lugar. Levantó la linterna y señaló en grabado en la puerta frente a la cual se encontraban...

«Oficina de investigación y registro»

Finalmente, luego de horas de búsqueda entre los destartalados y sucios pasillos, habían hallado la habitación en la que se encontraban los registros de dones de todo Japón.

El rubio le hizo una seña para que retrocediera, y cuando Izuku estuvo a una distancia segura, Katsuki disparó una pequeña ráfaga racimo hacia la cerradura de la puerta, haciendo que los candados inteligentes de máxima seguridad se derritieran. Aunque Izuku asumía que esto se debía también al tiempo y la corrosión, los cuales habían ayudado a facilitar la destrucción de los dispositivos.

Cuando la puerta se abrió, el olor a sangre podrida y carne en descomposición inundó las fosas nasales de ambos héroes, haciendo que Izuku retrocediera por inercia, y Katsuki llevará ambas manos hacia su rostro, cubriendo la nariz y la boca como si estuviese a punto de vomitar. Sin embargo se recompuso en un instante, haciéndole señas a Izuku para que lo siguiera.

Al entrar, el desastre en la habitación heló los huesos de Izuku, quien instintivamente buscó la mano de Katsuki sin apartar la mirada de lo que veía, y el rubio, igual de sorprendido, ya había emprendido su propio camino hacia la mano de su compañero, pues la impresión de la escena era igual de perturbadora para ambos.

En la esquina de la habitación, entre el escritorio y la pared, yacía el cuerpo sin vida de Takami Keigo, quien había sido el héroe número uno de Japón al momento de la caída de la nación, y también líder del primer escuadrón de recuperación que se había enviado al edificio.

El cuerpo se encontraba en completo estado de descomposición. La piel de su rostro se desprendía del hueso, dejando expuesta su dentadura y mandíbula inferior, larvas de gusanos y moscas se arrastraban a lo largo de las extremidades, y en medio de su estómago, un gran agujero dejaba ver sus intestinos... O lo que quedaba de ellos, pues al parecer habían sido devorados por algo más que solo los gusanos que se retorcían entre ellos.

Frías lágrimas resbalaron por el rostro de Izuku antes de que Katsuki se volteara y, sin decir una sola palabra, las limpiara con sus pulgares y le hiciera una dura seña al greenette para que se recompusiera.

Keigo, o "Hawks" como era conocido entre los héroes, había sido primero maestro y luego compañero de tanto Izuku como Katsuki, desde que estos eran unos adolescentes. Habían compartido los primeros lugares en el ranking de héroes, siendo los primeros tres lugares y al mismo tiempo, los portadores del título "Héroes más jóvenes en llegar a la calificación", y no era para menos, luego de haber ganado una guerra... Así que Katsuki entendía el sentimiento en el pecho de Izuku, más no era momento para dejarlo escapar.

        ∆Ouroboros∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora