Tus ojos tienen un sistema inmunológico separado del resto de tu cuerpo. Si se dañan de tal manera que afecta a cualquier cosa que no sean tus ojos, tu sistema inmunológico normal puede atacar el daño y no los reconocerá, lo que significa que tu propio cuerpo puede dejarte ciego permanentemente.
Y lo que es peor, tu cuerpo no puede distinguir ninguno de los dos ojos. Si uno de ellos se infecta o daña, tu sistema inmunitario puede atacar a tu ojo sano y quitarte la vista por completo.