Cap 23

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—¡Diablos, eso dolió!—Evan retrocede cuando golpeo su mandíbula y río manteniéndome alerta mientras damos vueltas en el ring

Es día de entrenamiento, no más descansos y folladas en la mañana. Y supongo que Christopher no estará feliz por eso último.

Me levanté mucho antes que él, tomé el desayuno y luego bajé a entrenar con los chicos, de los cuales solo Evan quiso entrenar cuerpo a cuerpo conmigo; el resto solo hace pesas o, en caso de Anderson, golpean el saco de boxeo.

No entiendo su actitud, parece aislado y completamente serio. Mohamed y Evan dicen que el hombre apenas les dirige la palabra, como si no los tolerara.

No tengo tiempo para pensar en ello, con que haga bien su trabajo es suficiente.

—Vamos, Evan, ¿Perdiste forma?—se burla Mohamed y el pelirrojo bufa antes de intentar golpearme haciéndome saltar hacia atrás para esquivar el golpe

Barre mis pies haciéndome caer al piso e intenta subirse sobre mi pero pateo su pecho con fuerza haciéndolo retroceder y me levanto rápidamente manteniéndome en guardia

—Es otra la que está fuera de forma—se burla y entrecierro los ojos recordando mi entrenamiento. «No cedas a sus provocaciones, mantén la calma»

—Yo no estaría tan seguro—escucho a Anderson antes de que me vaya sobre Evan derribándolo y subiéndome sobre su espalda antes de tirar de su brazo hacia atrás haciéndolo quejarse

—Nunca subestimes a tu enemigo—le recuerdo antes de mirar a la puerta notando a Christopher parado en el umbral mirándome con el ceño fruncido—. Hola.

Me levanto y bajo del ring antes de que él se acerque y me cargue haciéndome reír. Junta nuestros labios en un beso apasionado y profundo que me hace suspirar mientras sus manos me toman con fuerza.

—Los chicos—le recuerdo poniendo mi mano en su pecho para detener lo que sea que intente—. Son mi nueva escolta, deberías conocerlos

—Genial—rueda los ojos con fastidio y bufo cuando me deja en el piso

Me volteo hacia los chicos que nos miran fijamente y ruedo los ojos antes de señalar a los dos nuevos.

—Anderson, y Mendoza—señalo al rubio y al moreno—. Ambos son de la división Alpha de Washington, y luego de la campaña decidiré si siguen como parte de mi escolta o no.

—Bien—asiente fijando sus ojos en ambos hombres y es Anderson quien se da la vuelta para ignorar a Christopher y volver al saco de boxeo—. Hubiera preferido a dos de la Alta Guardia, pero es tu decisión.

—Sin ofender, Coronel, pero los soldados de la Alta Guardia no tienen un entrenamiento tan exigente como nosotros—habla Mendoza—. La capitana está mejor protegida con nosotros.

—Sé muy bien el entrenamiento que tienen, Mendez, mi prometida es una capitana de división Alpha—lo mira como si ni siquiera estuviera interesado en el chico

—Es Mendoza—murmuro y se encoge de hombros

—Lo que sea, conozco a la perfección toda esta mierda, no necesito sus clases—se da la vuelta y sale del gimnasio haciéndome respirar profundo

—Lo siento, tiene un carácter fuerte—le digo a Mendoza—. No discutan con él, solo intenta protegerme...

—Con nadie estarás mejor protegida que con nosotros—Anderson se quita los guantes pareciendo molesto—. Tu prometido es un grosero, eso es todo...—intenta pasar por mi lado y tomo su brazo intentando contener la molestia que me recorre

—Cuidado, Anderson—advierto mirándolo a esos profundos ojos negros que en este momento brillan por la molestia—. Es de mi prometido de quién hablas, tu jefe y superior, y te guste o no debes respetarlo.

Destined [Christopher Morgan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora