Capítulo 3.

2 0 0
                                    

—Vendrán esta noche, ¿no?

Estábamos Tanner y yo en la acera frente a mi casa despidiendo a nuestros padres. Se habían quedado hasta las 4, y según mamá ya iba tarde para preparar todo para la cena.

—Sí, mamá, ya te lo he confirmado 10 veces—. Tanner rió dándole un beso en la cabeza de despedida. Mi padre ya la estaba esperando en el coche para irse.— Estaremos ahí sobre las 8.

—Bien, cuento contigo y con Francesco, entonces. Eileen, avísame si vienes al final para poner un plato más. Y Lily también, claramente—. Asiento con las manos cruzadas sobre mi pecho esperando impaciente que termine de montarse ya en el coche. — Pues nos vemos mas tarde chicos, los quiero. 

Le dirijo una sonrisa, de boca cerrada que mantengo hasta que el coche termina de perderse por la calle. Tanner se para a mi lado, imitando mi pose. Ambos con la vista fija por donde habían desaparecido. 

—Aquí está pasando algo raro. No has hablado en toda la tarde que estuvieron nuestros padres aquí, incluso el novio de tu amiga ha intervenido más que tú—. No respondo, por lo que Tanner espera unos segundos antes de continuar.— Si no me quieres contar, lo comprendo, pero quiero que sepas que soy tu hermano y que si tienes algún problema, con ellos o con quien sea, no dudes en decírmelo. No he estado presente estos últimos años, pero ahora que lo estoy espero poder recuperar esa confianza que teníamos de pequeños. 

Muerdo el interior de mi mejilla intentando apaciguar el nudo que se formó en mi garganta tras sus palabras. Siento su mano sobre mi hombro, reconfortante, antes de alejarse y volver al interior de la casa. Me quedo uno minuto más en esa posición antes de tomar una respiración profunda y seguirlo dentro.

—¿Vas a ir esta noche?— La voz de Lily llama mi atención apenas pongo un pie en el interior. Está recostada sobre la pared al lado de la entrada.

—¿Dónde dejaste a Lucas?— Intenté cambiar de tema. No quería hablar de eso ahora.

—Está afuera, se quedó con Francesco hablando de los combates y esas cosas. Ya escuchar tanto a palabra "guerra" me cansó, así que vine a buscarte. — Inconscientemente, tras oír el nombre de Francesco, dirigí mi mirada al patio trasero. A través del cristal podía ver a los tres chicos sentados en una silla, charlando. Sin embargo, quien llamó más mi atención fue mi mejor amigo. Con el calor de afuera se había quitado la chaqueta que llevaba puesta, dejando a la vista un brazo lleno de tinta apoyado sobre el respaldo de la silla en la que estaba. La camisa negra que llevaba puesta no podía favorecerle más. Ahora porque estaba sentado y no podía verlo bien, pero aún así podía fijarme en cómo las mangas apretaban sus grandes y fuertes brazos. Desde aquí no lograba apreciar bien los tatuajes, pero lo que veía era suficiente para hacerme fantasear en quitarle esa camisa y ver en qué terminaba ese diseño que se perdía por el interior de la manga. Mi respiración se empezó a acelerar bruscamente cuando subí un poco más la mirada hacia su cuello, donde también podía percibir algo más de tinta, y luego a su cara, donde mis ojos finalmente se encontraron con los suyos y con una sonrisa tan bonita que me dieron hasta ganas de llorar de lo perfecto que era. Nos quedamos mirando fijamente, ninguno apartaba la mirada del otro. No fue hasta que Tanner lo movió bruscamente para que le prestara atención a lo que sea que había dicho que rompimos el contacto visual.

Volví a la realidad, parpadeando rápido e intentando tranquilizar mis latidos.

 ¿Qué coño había sido eso?

Preocupada de lo que sabía que me iba a decir Lily, volví la vista rápidamente a su dirección, deseando que no se hubiera dado cuenta de nada. Una sonrisa mal disimulada decoraba su boca.

—Ni te atrevas a decir nada—. La señalé amenazante y empecé a subir las escaleras con rapidez, intentando alejarme de ella para no tener que escucharla.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 14, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Te la dedicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora