El Peligro Del Aburrimiento

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Como ya había mencionado, esté capítulo lo escribió UmbreonDeleyck espero que la disfruten.
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Las sombras que nacían por las luces de los faroles durante la noche se iban desvaneciendo lentamente a medida que los rayos del sol se asomaban desde el crepúsculo de la mañana ejerciendo un bello amanecer en el pueblo Terracota. La brisa húmeda que traía el viento daba frescura sobre mi pelaje y la poca luz del sol que me tocaba me brindaba el calor necesario para estar relajado sobre las tejas del techo de uno de los edificios más altos que poseía esté poblado. Aunque el día no sea algo que me agrade no puedo evitar subirme a lo más alto para contemplar la salida del sol.
Las campanas iniciaron su función en el campanario de la torre en la que reposaba indicando que ya era un nuevo día. Este pueblo a crecido bastante, recuerdo que esto solo tenia alrededor de unos cuatros edificio y un centro Pokemon; y ahora parece una ciudad pequeña. Todo cambia, desde la noche hasta el día, incluso yo...
Debajo del la torre había una laguna hecha por los humanos hace mucho, era como un monumento para ellos y he de admitirlo, era un lugar muy hermoso para pasar el rato. En la superficie de la tranquilidad del agua podía ver mi reflejo y note que me veía extraño sin mi otra oreja. Ese Flareon puede ser una gran amenaza para mí, supongo que ya tengo un contendiente para el futuro. 
—Estoy aburrido... Supongo que ya llevó un tiempo sin hacerlo —miré mi pata izquierdo donde habían varias cicatrices desde la muñeca hasta mi aró dorado. Saqué una de mis garras y la acerqué lentamente a un espacio libre de cicatriz y lentamente pasé mi garra en mi piel liberando un hilo de sangre que humedecía mi pelaje negruzco. —Ya no se siente como antes, y ver mi sangre no es lo mismo que ver el de los demás... —dejó de auto lesionarme guardando mi garra y le dedicó un último vistazo al pueblo. —Hermana, te vez muy bien como una Glaceon.

Bajé de la edificación atraves de unos balcones hasta llegar al suelo donde sin mucho apuro tomé rumbó al sendero por donde los entrenadores principiantes iniciaban su vieja como entrenador Pokemon. Veamos a cuantos de ellos le pisoteó sus sueños. Llegué sin mucho inconveniente al camino dentro del bosque que al parecer no sufrió daños del incendio de Libra. Me escondí entre la maleza alta y esperé a que el primero llegara. No tarde mucho escondido pues una niña se acercaba con una enorme sonrisa en su rostro y detrás de ella la acompañaba un Tepig que por lo menos debería de ser nivel 7, perfecto para ser mi primera presa.
Salté de entre la maleza quedando en frente de la niña y de su Pokemon. Ella se sorprendió al verme para luego sonreír me. Pobresita, no sabe con quién se encuentra.

—Hola pequeño —saludó, agachándose para quedar a mi altura y sacando su Pokedex para registrarme. <<Umbreon, creado cuando la luz lunar alteró su estructura genético de Eevee. Busca presas en la oscuridad>>. Escuché que habló el aparato. —¡Increíble! ¡Nunca había visto un Umbreon! —señaló, con alegría toma una Ball que sacó de su bolso. —¡Tepig, es momento de luchar! —El Tepig salta con entusiasmo preparado para el combate. —¡Usa Ascuas! —ordenó. El Tepig toma la orden y realiza el movimiento. No me moví para recibirlo y pude sentir como mi piel se calentó un poco por el supuesto ataque del cerdo. —¿C-como? —balbuceó la niña. Saca una vez más la Pokedex y me apunta con ella: <<Umbreon, macho, nivel 80>>. La expresión de su rostro fue un deleite para mí vista y mis carcajadas aparecieron rápidamente. —M-mejor hay que huir Tepig, e-es muy fuerte —Empezó a retroceder pero le corté el pasó a la niña para que no escaparán.

—¿Que creés que hacés? —habló el Tepig defendiendo a su maestra. Yo solo reí.

—Ya iniciaron un combate, y no me iré hasta acabar lo.

—Nos rendimos, ¿No escuchastes? Dejanos continuar con nuestro camino.

—Oh no, por supuesto que no. Así que mejor preparate, por que ya no habrá un nuevo día para ustedes dos —La niña no podía entenderme, pero podía olfatear ese dulce e embriagador aroma del mejor sentimiento que podía sentir una presa, el miedo. Esto me ínsito todavía más a atacar con Mordida, mi mandíbula penetró con facilidad la ardiente piel del cerdo, atrapado e inmóvil por mis fauces escuchaba con alegría esos gemido ahogados de dolor.

—¡Tepig, no! —La niña intenta socorrer a su Pokemon que palidecía poco a poco. Pero no le sirvió de nada, antes de que ella pudiera alcanzarme hice presión en mi mandíbula escuchando un chillido de parte del cerdo hasta que su vida se perdió en su mirada. Asustada se congeló delante de mí al ver tal horrorosa escena donde participó su ya fallecido Pokemon.
Con uno listó, ya no mas falta una por terminar. Me giré a ver a la niña que al encontrar mi mirada se horrorizó, mis dientes de un color rojo oscuro, mis ojos expresaban claramente que ella era la siguiente. Echó un grito y salió corriendo a mi pueblo lo más rápido que podía pero tristemente no era lo suficientemente rápida como para escapar de mis colmillos.

[...]

Cuatro entrenadores en el suelo, restos de siete Pokemones regados por todo el sendero,  destrozados y desangrados el suelo al igual que unos cuantos arboles estaban pintados de carmesí que ante mis ojos era una obra magnífica, digna de contemplarse.
Mi vista término encontrando a la niña sonriente en el suelo, sin su sonrisa, sólo con una expresión de horror sin vida. Me subí sobre su pecho donde tenía la herida que le dio su fin. Su mirada estaba perdida en el cielo y unas líneas curvadas de sangre descendían de sus labios y frente. Mi sonrisa se a largó de oreja a oreja mostrándole al cadáver mis colmillos manchados. —Tu piel se a vuelto pálida... Y fría. Js, Jsjs... ¡Hahaha! —No pude contenerme más y empecé a carcajear a todo pulmón. Ver esa expresión de horror en sus ojos a pesar de que ya está muerta, recordar los gritos de ayuda y quejidos de dolor, la sangre bajando por sus pieles. Todo, ¡todo era sumamente hermoso! —¡Así es como se quita el aburrimiento!

El mañana es solo una esperanza. (Continuación) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora