Un Baile Entre La Lluvia

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La tormenta no quería parar, se agradaba cada vez más y el frío era más intenso hasta el punto de penetrar en mis huesos. Aún seguía en esa pequeña capilla llena de enredaderas y ramas en compañía de la Eevee que se había quedado dormida abrazando mi pecho, acurrucada entre mi pelaje para recibir un poco de mi calor. Ya había caído la noche totalmente y no podía ver nada a excepción del instante en qué caía un rayo, pero la vista no era del todo agradable por todas esas lápidas y ambiente lúgubre. Solo deseaba salir de aquí he irme a la cueva con los demás. 

—D-detente…—. Balbuceó Valery aún estando dormido. Estaba soñando y podía ver qué la estaba pasando mal en su sueño por la forma que se novia y de como se aferraba a mi pelaje en busca de protección. —Y-ya t-terminaste… p-por favor, d-dejame ir—. Pidió está vez con la voz aún más quebrada y con lágrimas en sus ojos. Deseaba despertarla, pero la curiosidad fue mucho más fuerte y, ésto parece más recuerdo que una simple pesadilla. —Y-ya me u-usaste… s-sueltame—. Mi ojo se abrió como plato. Esas cuatro palabras me dieron una idea y si era así, en verdad tenía que despertar la a pesar de mi curiosidad. 

La sacudida sin tanta fuerza logrando mi cometido haciendo que despierte lentamente con lágrimas en sus ojos. Debí despertarla a penas empezó con la pesadilla. —¿Q-que sucede?—. Preguntó desconcertada mientras frotaba uno de sus ojos notando que estaba llorando. —¿H-uhg? ¿J-jolteon, que pasó?

La mire por unos segundos, su mirada confundida ligada con sus ojos humedecidos más ese rostro de Eevee la hacían ver tierna, adorable y un poco linda, no lo iba a negar. ¿Que estoy pensando? ¡No es tiempo para estupideces! —Tuviste una especie de pesadilla… te desperté por ese motivo. Perdoname. 

—Hug… no importa—. Libera un bostezo y se asoma por la entrada de la capilla notando que aún estaba lloviendo y que el frío empeoró. —Parece que aún nos quedaremos aquí…—. Avisó regresando a dónde estaba pero está vez se mantuvo en pie, observándome. —Jolteon, ¿te puedo pedir un favor?—. Se le veía nerviosa. 

—¿Que necesitas?—. Le interrogue aún estando en el suelo mientras que mi pelaje era meneado por el viento. 

—¿P-podría usarte como almohada? Digo… si no te moleste…—. Ella voltea su mirada a otro lado esperando mi respuesta. Por alguna extraña razón sentí una especie de emoción pero también sentí nervios. Creo que me hace falta descansar… 

—Adelante, no tengo inconveniente; pero solo por qué está haciendo frío ¿Entiendes?

Ella moviendo su esponjosa colita blanca se tiró sobre mí dándome otro abrazo mientras que restregaba su rostro en mi pelaje. Era bastante incómodo y raro la verdad, pero solo la dejé ser. 

Ver su cola de un lado a otro me hizo recordar cuando tenía una. —Extraño mi cola…

—¿Hug? Jjsjs cierto que esa evolución no tiene cola. ¿Cómo se siente no tenerla?—. Apoyó su pequeña cabeza sobre mi pecho como una almohada mientras que su mirada se mantenía en la mía. —Quiero saber que se siente ya que seré una Jolteon también al igual que tú. 

Me puse a pensar un poco, la verdad ya me acostumbré a no tener una cola que ya hasta olvide como era tener una. —No podría darte una respuesta concreta, pero sería como perder una de tus patas—. Traté de explicarme. 

—¡Entonces debe ser horrible!—. Chilló divertida. Ya han sonado varios truenos durante esta charla, pero parece que está tan concentrada que ya olvidó su miedo. Pasamos un buen rato charlando entre los dos que no nos fijamos que la lluvia había empeorado, haciendo que se empezará el agua entre la tierra o por los caminos de piedra que habían en ese lugar. No sé a qué horas nos iremos de aquí.  —¡Me toca a mí preguntar!—. Paso bastante tiempo, así que decidimos hacer ese típico juego en qué cada uno le hacía una pregunta al otro. —A ver. ¿Cuál es tu mejor movimiento? 

El mañana es solo una esperanza. (Continuación) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora