｡✧ Sensei ✧｡ |•| KookTae (Terminada)

✧ Cita ✧

El vacío que Taehyung dejó en la vida de Jungkook nunca fue llenado por nadie, es cierto que él ha tenido citas y enredos de unos meses, nada importante en realidad.

Jungkook jamás pensó que lo volvería a ver y aunque nunca lo olvidó, la esperanza de encontrarlo nuevamente eran muy remotas. Casi nulas.

No sabía nada de su familia, no tenía un número de teléfono, era un adolescente cuando perdieron contacto.

Quiso viajar a Daegu, pensó en buscarlo, sin embargo era como buscar una aguja en un pajar.

No tenía ninguna pista que lo ayudara en su búsqueda.

Ese día, en la cafetería, fue algo inesperado. Había olvidado cómo se sentía su corazón al mirar la belleza de Taehyung, aquella tarde donde el pelirrojo cruzó miradas con él en la cafetería, se sintió como volver a la vida.

No importaban los años, su mente nunca lo olvidó, fue instantáneo el como su cuerpo reaccionó al verlo, estaba más hermoso que antes.

Tenerlo nuevamente en su vida era maravilloso, podía admirar su belleza, compartir con él, disfrutar de su risa, su timidez, su ternura.. ahora también admirar su cuerpo.

Aquella tarde en el local, su cuerpo se estremeció al ver el torso desnudo tan cerca de él, agradeció infinitamente que Taehyung tenía su rostro cubierto con la camisa porque hubiese notado la lujuria en su mirada.

Solo bastaba con cerrar sus ojos para recordar la imagen de Taehyung en aquel cubículo.

Una hermosa piel canela, brillante. Se cuestionaba si era suave como se la había imaginado, quería tocar, besar cada centímetro de piel, morder y lamer los pezones marrones, hasta dejarlos duros y rojos.

Cuando lo besó en la habitación, envolvió sus manos en la cintura delgada, pero verla al desnudo era mortificante, sus dedos se querían enterrar en ella mientras le hacía el amor, escucharlo gemir mientras lo embestía y con sus manos apretar con fuerza las caderas.

Era embriagador lo que Taehyung producía en él.

Eso lo llenaba de terror.

Las citas, aventuras como lo quieran llamar nunca fueron importantes, Taehyung lo era todo.

En el pasado algunas personas lo rechazaron, era atractivo pero no todos caían en sus redes, tal vez por su fama o porque simplemente no era su tipo.

Sentirse rechazado por Taehyung le producía terror. Eso le impedía dar el primer paso para declararle su amor.

Jamás se imaginó que su historial amoroso fuera un punto en contra, tan solo imaginar que Taehyung lo etiquetara como alguien sin corazón, que solo quiere citas sin compromisos, le cerraba una puerta.

Una llama de esperanza ardía en su corazón, esa que le gritaba que Taehyung sentía lo mismo por él.

El beso, ese glorioso beso, sus labios aún recordaban el dulce sabor de los labios gruesos, la calidez de esa boca, el cuerpo tembloroso bajo sus manos, las lenguas jugando, explorando. Se comieron a besos. No podía ser el único que sintió la electricidad, aquello fue recíproco, se lo gritó el danzar de sus bocas, las largas manos jalando su cabellera, los dulces gemidos que emitía el pelirrojo armonizados con los propios.

Taehyung lo deseaba tanto como él, quería creer.

Aquello fue una "práctica" para las futuras citas de Taehyung, una idea tanto buena como mala, ser su "Sensei" le permitía estar cerca, besarlo, tocarlo, a su vez lo alejaba, prepararlo para encuentros con otros, con Hoseok, por ejemplo, era mortificante. No quería eso, moría de celos.