𝗗𝗼𝗻𝗱𝗲... En Japon, compartir un paraguas con alguien especial, se suele considerar un acto de romanticismo.
𝗢 𝗱𝗼𝗻𝗱𝗲... Una fría tarde lluviosa, podría ser la mejor opción para que dos almas destinadas se conecten.
𝕺𝖓𝖊 𝖘𝖍𝖔𝖙 ☆
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Para Mikey el hecho de que lloviera tan fuerte una simple tarde después de la escuela era tedioso.
Se encontraba parado en la entrada de la escuela donde había techo, básicamente dónde estaban la mayoría de casilleros de los estudiantes. Habían alrededor de 7 u 8 personas con el, pero la mayoría ya se estaba yendo y el quedaría allí solo como un imbécil por la simple y sencilla razón de no hacerle caso a su madre y llevar un paraguas para prevenir. Se sentía como un completo idiota en ese lugar parado, un leve rosa se instalo en sus mejillas por la vergüenza.
Miro de nuevo la lluvia que parecía aumentar por cada estudiante que salia y no era el. Miro de nuevo hacia atrás y vio que no había nadie, que al parecer ya estaba solo. No tenía la manera para comunicarse con alguien de su familia, su celular estaba apagado ya que lo estuvo usando todo el día y se le descargo hasta el 1%, tampoco había aprovechado para que alguien le diera una llamada porque su idiotez era tan grande que no se había dado cuenta.
Resoplo con fastidio sin saber que hacer, Draken ese día no había ido a estudiar porque tenía una cita con el médico y su querida hermana estaba enferma.
De Izana ni hablar, se habían peleado y por eso mismo ni siquiera le dirigía la palabra así que se fue primero con el paraguas que su madre advirtió.
Y para finalizar, Shinichiro estaba en la universidad, no volvía hasta el fin de semana.
En pocas palabras, andaba valiendo verga.
Inclinó la cabeza hacia abajo y mordió su labio inferior intentando distraerse por un momento hasta que la lluvia diera su fin. Pero parecía aumentar más que antes, no sabía que hacer.
- Disculpa... ¿Te quedaste sin un paraguas? - Manjiro abrió los ojos de par en par y volteó su cuerpo en dirección a la voz, sorprendido de ver qué alguien más estaba allí con el. Era un chico unos centímetros más alto que el, tenía unas cuantas curitas y vendas en su rostro con signos de golpes no muy visibles, un color rubio pato en su cabello desordenado y ojos azules que reflejaban tristeza.
Mikey nego con la cabeza con algo de pena y miro hacia la lluvia otra vez.
- Yo te puedo acompañar, mi nombre es Takemichi Hanagaki por cierto.
- Um... Manjiro Sano, puedes llamarme Mikey -. El ceniza respondió con seriedad, entonces el más alto le entrego una sonrisa y extendió su paraguas sobre el. Le hizo una seña a Mikey para que se metiera y el más bajo obedeció.
