Capítulo 1

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TYLER

Mis ojos se abren como platos cuando siento el sol darme en toda la cara. Joder ya me he quedado dormida otra vez.

Me levanto de la cama como si tuviera un resorte en el trasero y me dirijo al baño a darme una ducha. No tardo nada y evito mojarme el cabello para no demorarme más. Cuando salgo mi novio está sentado en la cama con la sábana rodeándole el torso, estirandose haciendo que todos los músculos de su abdomen se contraigan. Tengo que admitir que es una visita exquisita pero me obligo a contenerme sino llegaré de noche al trabajo.

– Peter ¿tengo ropa interior limpia aquí?

Pregunto llamando su atención. Ayer hemos tenido una cita que ha terminado de muy buena manera en su departamento. Fue tan bueno que nos acostamos a las cinco de la mañana y a las ocho mi despertador sonó, por razones obvias no lo escuché.

– creo que sí, están en el segundo cajón.

Me dirijo a su closet y rebusco en donde me ha dicho. Solo encuentro un par rojo de encaje que sin duda no será nada cómodo para estar todo el día en el trabajo.

– ¿solo están estas?

Pregunto levantandolas y el sonríe de medio lado.

– si, cada vez que vienes solo traes de ese tipo.

Suspiro resignada y me meto en las pequeñas piezas de tela roja. Luego me coloco un vestido color blanco que también tenía por aquí, está mucho más decente y por suerte la tela no deja ver el color rojo de mi ropa interior.

– ya me voy.

Digo recogiendo mi bolso y el hace un puchero ridículo.

– pensé que nos divertíamos por la mañana también.

Sin descaro alguno meto la mano bajo la sábana y descubro que tiene una erección de campeonato. Peter se sonroja un poco pero ya se ha ido acostumbrando a mí forma de ser tan espontánea. Me acerco a su boca y dejo un casto beso, luego saco la mano de la sábana y le guiño un ojo.

– parece que tus manos van a tener una mañana movida.

Mi novio suspira y yo me largo de ahí lo más rápido que puedo.

Por suerte hemos venido en mi auto, si no tendría que tomar un taxi y llegaría aún más tarde. Me adentro en las calles de New York y como no, hay un tráfico terrible. En una de las esperas bajo un poco el espejo retrovisor y logro echarme un poco de brillo labial en mis labios para verme más decente.

~•~

Luego de dos horas consigo llegar al hospital. Dejo el auto en el parking y mientras voy caminando me coloco la bata blanca. Cuando entro el bullicio diario me golpea en toda la cara. Paso por la recepción y le lanzo un beso a mi mejor amiga que se encuentra del otro lado atendiendo a todos los que llegan.

Me meto en el elevador y salgo en la planta número cinco dónde está mi consulta. Ahí me paso toda la mañana atendiendo pacientes recién operados, viendo su evolución. Finalmente a las dos de la tarde puedo tomar un respiro para ir a almorzar.

En la cafetería me dirijo a la mesa donde están mis mejores amigos charlando y riéndose. Cuando llego hasta ellos me dejo caer en la única silla libre.

– ¿mañana movidita?

Pregunta Jason. Yo asiento y tomo un sorbo de jugo que estaba tomando Karol.

– y no cómo me gustaría.

– ya veo ¿cómo te fue la cita con Peter? ¿han logrado resolver sus problemas?

Pregunta ahora Tony.

Por Error Donde viven las historias. Descúbrelo ahora