Capítulo 6

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TYLER

¿Dónde estoy? La última vez que estuve conciente estaba en la maldita habitación junto a Benno, pero ahora no es así.

Reparo mi alrededor y me encuentro en un parque, lleno de verde y hermosas flores. Observo mi atuendo y ya no llevo ese maldito conjunto de lencería que estoy odiando con todo mi ser, ahora voy con un vaquero y un top. No me encuentro sucia y sorprendentemente no me duele nada.

- ¡TY! ¡TY!

Gritan a mis espaldas y me volteo reconociendo la inocente voz de mi hermanita. Sydney viene corriendo y abro mis brazos para que se lance a ellos. La apachurro contra mí como si se me fuera la vida en ello, la extrañé demasiado.

Su olor de colonia infantil inunda mis fosas nasales llenándome de paz. Mis ojos se aguan un poco pero me ordeno no llorar frente a ella, sino terminaremos ambas llorando.

- ¡Te he extrañado un montón!

Le digo y se separa de mi. Me observa con su típica sonrisa infantil que luego de unos segundos se borra, alarmándome.

- ¿Que pasa?- pregunto.

- ¿Por qué me has dejado?

Sus ojitos se cristalizan y comienza a sollozar. Intento volverla a abrazar pero me aparta.

- Tranquila Syd, ya estoy aquí. No ha pasado nada.

- ¡Mis padres me han obligado a casarme! Hice todo por impedirlo pero no lo logré ¡Y tú me abandonaste! ¡No me ayudaste! ¡Prometiste que siempre estarías ahí para mí!

No entiendo nada. Mi hermana solo tiene cinco años, es imposible que la loca de mi madre quiera casarla tan pronto.

- Vamos Syd, tranquila. Estoy segura de que ella no te hará hacerlo, al menos hasta que seas más grande. Ya estoy aquí, nunca te abandoné.

En ese instante el hermoso día en el que estábamos comienza a ponerse horrible. El cielo ha perdido todo su color azul para darle paso al gris. Las hermosas flores de nuestro lado se han marchitado y ya no queda nada verde.

Cuando vuelvo la vista a mi hermana ya no es esa niña inocente de suaves cabellos rubios. Ahora tengo frente a mi a una chica toda sucia, con el pelo enmarañado, sin un ojo y toda destruida.

Llevo mis manos a mi boca para callar el jadeo que sale de mi al verla. Luego de unos segundos veo como una mujer en las sombras tira de su cabello. Sydney se retuerce pero ella logra atraerla. Centro mi atención en la mujer y logro ver a mi madre, intacta como siempre, arreglada y perfumada mientras mi hermana parece estar en descomposición.

- ¡VAS A VOLVER A CASARTE Y AHORA SI ME DARÁS UN NIETO!

Le grita haciendo que mi hermana chille. Yo intento moverme pero no puedo, mis extremidades están paralizadas. Intento hablar pero, nada sale de mi. Hago todos los intentos, incluso trato de gritar pero es en vano, estoy completamente muda.

Veo como mi madre lleva a rastras a Sydney a un altar improvisado en aquel parque destruido. Mi hermana no lleva un bonito vestido blanco, está desnuda y no la han ni siquiera arreglado.

No, no, no.

Todo esto esta mal.

Ella siempre quiere verse como una hermosa princesa. Ella nunca querría verse así.

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