Penélope²

Parte 9

Finalmente lo supe.

La razón por la que el 'Espejo de la Verdad' me mostró el pasado de Yvonne.

Dejé la mano que cubría la oreja de Yvonne y la moví con calma.

—No sé si esto te puede consolar.

—...

—Nunca he tenido un buen momento para reemplazarte.

No pude decirlo porque no quité nada.

A diferencia de Yvonne, cuya alma quedó atrapada aquí después de su muerte, Penélope todavía estaba viva hasta que él fue reiniciado.

—¡No mientas!

Pero Yvonne exclamó, no cree lo que dije.

—¡Te llevaste a mi padre ya todos mis hermanos! ¡Mi casa! ¡Y mi lugar!

Me avergoncé. No importa cuánto crezca, no tenía el talento para consolar a un niño que lloraba. Después de un rato, me di por vencido con un suspiro.

—Mírame, Yvonne.

—...

—¿Por qué crees que tu familia me trajo como hija de un duque?

No sabía cómo explicarlo al nivel de un niño. Solo digo lo que quiero.

—...

Yvonne no respondió de inmediato. Me preguntaba por qué tenía tanta curiosidad, pero la miré mientras ella me resoplaba y encontraba la respuesta.

Después de mucho tiempo, la niña abrió la boca.

—No sé.

—Porque me parezco a ti.

—¿Eh?

—Quieren imaginarte vivo a través de mí. Para que no te olviden.

Tranquilamente dije la verdad.

Quizás sea una respuesta inesperada, los ojos azules acuosos se abrieron de par en par.

—¿Qué parte te pareces a mí?

Yvonne preguntó mientras me miraba una y otra vez.

—Tu color de cabello y tu color de ojos son todos diferentes.

—Así es.

Respondí con una breve sonrisa.

—Tu familia ni siquiera se preocupaba por mí porque cuanto más crecí, más diferente soy de ti. Y simplemente me dejó desatendida y abusada.

—¿Qué?

—Así que muero miserable cada vez. Como si estuvieras atrapado aquí todo el tiempo.

—...

—¿Es reconfortante ahora?

Yvonne pareció sorprendida por mis palabras. Pero no quise descartarlo como una broma.

El pasado de Yvonne fue realmente desafortunado, pero eso no significa la muerte de Penélope. No...

No puedo decir que las innumerables muertes en mi vida pasada nunca sucedieron.

—Eso, eso es mentira... Mi padre y mis hermanos no pueden hacer eso. De ninguna manera.

Yvonne gritó como si mis palabras fueran increíbles.

Parecía que su familia, que era tan dulce, nunca haría algo tan cruel.

No importaba si ella lo creía o no. Me encogí de hombros y esperé en silencio a que se calmara la conmoción de Yvonne.