Luego de las diligencias en el edificio Stone, Lloyd accedió a llevar a su hijastra de nuevo al día siguiente con la condición de que esta se quedara callada. Ella prometió no decir nada; su intención, en realidad, era tratar de absorber todo lo posible de aquel escenario. Ambos llegaron al edificio Stone alrededor de las 4 de la tarde del domingo. Al ingresar al lobby, sin embargo, había más gente en dicho espacio. Aparte de las personas ya citadas para la reunión, se hallaban en el lugar un par de trabajadores instalando lo que parecía ser una mesa de recepción. Los propietarios mostraban así su preocupación por lo que podría pasar más adelante. Benjamin Carter se lo explicó a Lloyd:
— Teniente, como ve, estamos mejorando la seguridad del edificio. Hoy, por la mañana, los propietarios convocamos a una sesión de urgencia para tomar serias decisiones. Habrá una mesa de recepción a cargo de una persona que también hará de vigilante, para lo cual tiraremos estas plantas, y pondremos un monitor aquí donde el encargado podrá ver en vivo tanto lo que pase en la cámara del lobby como en futuras cámaras que pensamos instalar.
En medio de todo ese movimiento estaba de pie un jovencito de unos 16 años, quien, al ver a la pelirroja en una esquina del ambiente, se acercó.
— Hola.
— Hola...
Kelly estaba vestida con unos jeans de color azul muy claro y una camiseta negra estampada con estrechas lenguas de fuego en el cuello y la base, con el cuerpo cruzado con la frase "I'm the heat" en el pecho y la continuación "... that turns the coal into diamonds" en la espalda. El muchacho, blanco, de cabello negro y alto para su edad, se presentó ante ella con una gran sonrisa.
— Me llamo Tom, mi papá es el presidente de la asociación de propietarios.
— Soy Kelly, mi padrastro es el policía que tiene a cargo este asunto.
Ambos estuvieron conversando unos diez minutos acerca de hazañas escolares hasta que Benjamin Carter intervino.
— Tom, ¿por qué no vas con tu amiga donde mamá para que les sirva un par de sodas? De paso pueden escuchar música...
— ¿Puedo ir, Peter?
— Claro, Kelly. Aquí no hay nada que puedas hacer.
Los adolescentes se dirigieron a la habitación 401. Allí, la señora Carter se hallaba ocupada con Sandy, la hermanita menor de Tom.
— ¡Mamá! Papá nos mandó aquí porque...
— ¿Quién es tu amiga? — preguntó instantáneamente la mujer al ver a la pelirroja.
— Es la hijastra del teniente Lloyd. Se llama Kelly.
— Mucho gusto, señora Carter.
— ¡Tom tiene novia! — se burló la hermanita menor.
— ¡Silencio, Sandy! ¡Sal de aquí! Tomen asiento, chicos. Les traeré un refresco.
La mujer les llevó lo prometido. Luego de agradecerle, Kelly le hizo una sola pregunta:
— Señora Carter, ¿por qué ustedes regresaron del espectáculo al aire libre antes de tiempo?
— Mi papá fue el aguafiestas — interrumpió el muchacho.
— No digas eso, Tom. Cuando estábamos en lo mejor, un grupo de unas sesenta personas con cirios se apareció por la calle Wisconsin para protestar por el "espectáculo del demonio, engendro de Satanás", lo cual causó que se paralizara la obra.
— Hay gente a la que no le gusta Jesus Christ Superstar — comentó el muchacho.
— Mi esposo no tolera esas manifestaciones, así que nos llevó de vuelta a casa, pero los demás se quedaron esperando a que la policía los desalojara. Bueno, chicos, ahora los dejo solos.
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KELLY SAILOR Y LA FRECUENCIA MORTAL
Mystery / ThrillerUn experto en comunicaciones ejecuta su venganza contra un ex compañero de escuela. La joven Kelly Sailor, hijastra de un teniente de policía, resuelve este caso en el ambiente de los frenéticos años 80.