○Kefálaio 5○

89 5 0
                                    

Kanon se divirtió mirando a su sobrino tumbado en la silla, comió un bocado de la carne que Radamanthys hacía en la parrilla pero se había hido a comprar helado para su agotado sobrino. Se limpió las manos y busco un plato aparte para sacarle comida a su sobrino y que comiera sin que estuviera tan caliente.






Seiya alzó la mirada para mirar a su tío, el popote en su boca, terminando de tomar el jugó del coco. Al lado de el la mochilita que siempre cargaba de color rojo. Miró a su tío sacar carne de la parrilla y dejarla en un plato con ensalada, luego miró a su tío Rada llegar con helado en mano, sus ojos brillaron como estrellas y miró fijamente a su tío. El mayor casi se río al mirar la cara más tierna que su sobrino pueda dar, Kanon se río por lo bajó, Radamanthys se hacerco y le dio el como pequeño que sabía si se lo terminaría con servilletas y se comió el otro.








ー¿Y el mío?ー Kanon cruzó las piernas y miró a su esposo.






ーSe acabóー se burló mientras comía de su helado con manía y chocolate derretido.






ーQue cruel de tu parteー fingió limpiarse una lágrima. ーNo te vayas a manchar, Seiー advirtió a su sobrino.






El niño asintió sin tomarle mucha importancia y comió el helado. Cuando terminó se hacerco a su tío y le jaló el pantalón cortó y luego apuntó la cubeta pequeña con pala. Kanon alzó una ceja mientras tenía comida en su boca.







ーAcabas de comer un helado, espera a que te bajeー aconsejó ーTe vayas a marear, espera un momentoー lo subió y sentó a su lado, le entregó su celular para que juegue un rato.






Kanon miró a su sobrino que se estaba aburriendo, pero si el niño se enfermaba Saga mismo le torcia el cuello y Aioros ayudaría en su velorio. No fue asta más tarde que le puso su sombrero y el entregó la cubeta y pala de plástico y lo vio irse a la orilla a buscar caracolas o conchas para llevar la cubeta. Se alzó de hombros y tomo su teléfono para llamar a su hermano.







Mientras el niño se perdía cada vez más mirando la arena y buscando caracolas para meterlas en su cubeta. Sonrió cuando encontró más y más que sin mirar chocó con algo que lo hizo caer sentado, hizo un puchero y miró hacía arriba ¡era el hombre de la pintura! sonrió al hombre. Alone bajo la mirada y sonrió a la niña, se acuclillo y ayudó a parar.








ー¡Gracias!ー sonrió, su papá siempre decía que debía agrader cuando lo ayudaban.






ー¿Te has alejado otra vez?ー ladeó la cabeza con una sonrisa y miró las caracolas en la cubeta.







El pequeño negó ーAhíー apuntó detrás a la caceta un poco lejana.







Alone sintió ー¿Buscas caracolas?ー se río cuando tuvo un asentimiento de cabeza ー¿Quieres que te ayude?ー propuso.







Seiya asintió y caminó al lado del hombre que lo ayudó a buscar caracolas. Sonriendo cuando encontraban más y más, ¡incluso una piedra bonita! todo lo que le pareció bonito lo metió en la cubeta que se comenzaba a llenar. Alone sonrió mientras cababa con un palo la arena húmeda, divirtiéndose un poco con la compañía de la infante. Estrella.., que curioso nombre Japonés, Sei.., se río por lo bajó, los padres debían de querer mucho a la pequeña para ponerle un nombre como ese.





¿Mmm? miró la pequeña manita extendida en su dirección ー¿Para mi?ー sonrió un poco ーGracias, pequeñaー recibió la bonita concha marina de un tono curioso.





El infante lado la cabeza pero solo sonrió, su tío solía llamarlo así "pequeña" como sus padres así que no le dio importancia alguna. Volvió a concentrarse en seguir buscando más corales que llegaban a la orilla.



ーYa me voyー se levanta y sonrió al hombre ー¡Adiós!ー se despidió con la mano y corrió a la caceta.






Alone alzó su mano y despidió, también se levantó y y comenzó a caminar de vuelta al hotel. Que linda niña, sonrió y miró las caracolas en su mano, no tenía prisa por volver al hotel, al final, era el último día que estaba ahí antes de volver a la casa y al trabajo.






Kanon miró a su sobrino volver con una sonrisa, alzó una ceja pero se alzó de hombros, miró como su esposo se hacercaba a su sobrino que le enseñaba con entusiasmo los corales que recogió con el amable hombre de "la pintura" que dejó pasar, escogiendo las más bonitas para llevar a casa y ponerlas en su "pequeño acuario" que Kanon le regaló para su cumpleaños y que todavía no tenía ni un habitante por el momento. Se río un poco, solo se quedarían unos pocos días más y tenían que volver, al manos se estaban divirtiéndo.


°Familia...¿feliz?°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora