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El viento reboloteaba las rubias cabelleras de ese par de amigos, dos chicanos mestizos con ganas de vivir. miklo miraba a su mejor amiga con una sonrisa, traía su labial rojo un poco despintado pero aún así lucía precioso. Lizzi detuvo su carro y analizo las calles.

-- ¿recuerdas cuando mamá Lupe nos sacaba a jugar?

pregunto la menor, miklo con una sonrisa le respondió

-- y que siempre peleabas con los del barrio porque no hubo partido que no ganaras

ella pensó en esos recuerdos, el balón blanco desinflado, pies descalzos que ardían al rozar el piso. continuó manejando hasta que llegó a casa de la señora Lupe, esa mujer adoptó por una temporada a ese par, Lizzi la considera una segunda madre. ambos bajaron. un agarron en su pierna la sacó de sus pensamientos. Miklo la miraba y en un susurro dijo

-- vamos a bajar, chula, mamá nos ha de extrañar

ella asintió y se bajo. apagó el carro y miklo la tomó de la cintura. en cuanto entraron en la casa la mexicana saludo a sus dos tesoros.

-- ¡Miklo! que grande estas mi amor, que guapo. ¿Esa es Lizzi? mi niña, ya eres toda una mujer

dijo con una sonrisa. que después de oír que miklo se quedaba se convirtió en una mueca. aclaro que no podía quedarse ahí y fueron con Dolores.

-- mamá Dolores.

una voz que conocía a la perfección llamó, la costurera alzó la vista y miró a esos adolescentes tan cambiados.

-- Dios mío. ¿Cuando crecieron? Me acuerdo cuando se desgreñaban a Paquito juntos

todos rieron y en eso Lupe hablaba con su hermana mayor, informándole que sus dos "hijos" se quedarían con ella por el tema de espacio. era obvia la molestia y el par miraba el piso con incomodidad.

-- Ey ama, ¿por qué tanto escándalo? andaba refinando...

el tono de su voz disminuía cuando sus ojos toparon a esa chica, no la reconocia. rápidamente miró a Miklo.

-- mira quienes nos hornan con su presencia.

le soltó un golpe a miklo.

-- vinimos a quedarnos paquito

esbozó con una sonrisa la teñida, el moreno le dio otra vista de pies a cabeza, uno que otro flashback le vino a su mente.

-- Paco, tendrás que dormir en el garaje con Miklo. Lizzi se quedará en tu habitación

-- mamá Dolores, Miklo y yo podemos ir al garaje. no nos importa dormir juntos

soltó la chica, le daba pena robarse la habitación del chicano

-- Si, ama. que ellos duerman juntos, yo no comparto mis cosas a menos de que sean mis rucas.

comentó Paco mientras jugaba a boxeador con su amiga, ambos rieron hasta que Dolores le quitó el sombrero.

-- ¿si, mr. Chale? Tu no eres el gallo aquí. Son tus primos, tonto. Dale este recibo a tu padrastro.

le extendió el recibo de luz con su sombrero. se despidieron de ellos e iban caminando. Miklo tomaba a su amiga de la mano antes de que alguien le echará el ojo.

Después de ti | Paco AguilarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora