PARTE 3 - ESTO DEBE TENER UNA EXPLICACIÓN

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ESTO DEBE TENER UNA EXPLICACIÓN

— Comida, agua... — Enlistaba cada cosa mientras las guardaba en la pequeña mochila de la pelinegra. — Listo, está todo bien. — Se la extendió sonriendo, mirándola como se la acomodaba en su espalda de manera descuidada mientras estaba al pendiente a través de la ventana. — Cuídate mucho, hojita.

La azabache volteó a verla sonriendo. — No te preocupes, todo estará bien Akiko-san.

— ¿Segura? — Daba a entender que no estaba segura de su afirmación.

— ¿Huh? ¿Por qué lo dices?

Akiko suspiró.

Miró a todos lados, miró por la puerta semi abierta y por la ventana; caminó hasta un lugar donde tenía sus cosas amontonadas y de estas sacó una pequeña caja, de esta mostró un libro, parecía viejo por sus escrituras, pero muy bien cuidado, casi nuevo.

— ¿Te has sentido bien? — La contraria asintió sin entender ante su pregunta preocupada. — Tal vez no lo hayas notado, pero... Tienes tus pupilas dilatadas, casi no se notan por el color oscuro de tus ojos a menos que sea muy de cerca. — Hincada frente a la menor, la miró atentamente de sus ojos.

— ¿Dilatadas? — Pasó sus manos por estos. — ¿De verdad? No los había notado.

— ¿Es la primera vez que te pasa? — Preguntó mientras buscaba algo en el libro, la pelinegra se encogió de hombros sin saber que responder. — Oh. — Paró de buscar en el libro cuando encontró algo que la dejó pasmada, miró a la chica para volver su vista a las hojas y viceversa.

La chica entrecerró sus ojos mirándola, esperando alguna respuesta por esas miradas y la preocupación.

— ¿Aja? ¿Y eso es por...? — Motivo a que siguiera.

Vio las mejillas de la castaña encenderse un poco. — Bueno... ¿Tomaste algún estimulante? — Eso la dejó más que complicada, todas sus ideas explotaron al no entenderla. — Me refiero a... Un... Afrodisiaco.

— ¿Ah? ¿Qué cosa de qué? — Ahora eran sus propias mejillas encendidas al rojo vivo.

Está bien, está bien... No te juzgaré hoji... — Pero la contraria negó profundamente, con vergüenza.

Dejaron su escena cuando la puerta se abrió más de lo esperado, siendo esta mientras mostraba la figura masculina de Enmei quien podía imaginarse una y mil cosas con aquella escena... Ambas estaban avergonzadas, rojas y muy juntas como contándose sus intimidades.

— Eeeeh... — Miró detrás de él, tratando de no hacer incomodo el ambiente. — Los demás ya están en partida, te están esperando. — Y se fue de inmediato.

— Creo que mejor nos vamos yendo ya. — Akiko se apuró siendo seguida de la de menor estatura.

Ambas caminaron en silencio, Akiko aun con el libro en manos y la otra brincando de su nueva aventura; le encantaba salir a conocer nuevos lugares. La mayor, en el momento de llegar al lugar de partida, vio como entre los reunidos se encontraba aquel oni rojo sonriendo y, por supuesto ver ir a la Sato directamente con él, saludarlo mientras veía como acercaba su rostro para olerlo. Ahí se dio cuenta, sus ojos se abrieron por la sorpresa, estaba más que claro.

Todo encajaba perfectamente, por eso sus acciones, sus miradas y su acercamiento.

Observó a todos lados buscando a la persona indicada, los onis evolucionados, los hobgoblins, los lagartos y... Ahí. Disimuladamente se acercó hasta donde Rimuru acariciaba el pelaje de Ranga mientras dejaba instrucciones a Rigurdo para la aldea en su ausencia.

Un Vínculo Para Mí [Rimuru Tempest x Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora