Me acabo de despertar, ¿cuántas horas habrán pasado ya?... Creo que
dormir calma todos los sentimientos que guardó en mi.
Me levantó, el frío entra y un pequeña brisa se cuela por mi ventana, el silencio recorre la casa entera, me levanto de mi cama y un dolor intenso de cabeza aparece, el lugar esta demasiado silencioso, como si no hubiera nadie vivo ahí, aunque solo estoy yo, además de que no se que horas son, ni si quiera quiero saberlo.
Me acercó a la ventana y al escritorio que esta junto a está, la brisa fría recorre mi cara.
Me doy vuelta hacia la pared y veo esa intensa oscuridad, y por esta, puedo observar a un monstruo, uno realmente aterrador. Vuelvo a voltear hacía la ventana y un rayo de sol impacta en mis ojos...
En ese momento me di cuenta, que no había oscuridad en aquella pared, y lo que había visto solo era un espejo, uno que me reflejaba a mi. Yo era ese monstruo lleno de oscuridad y no lo sabía, ni si quiera me veía así.
¿Cuántas veces somos monstruos sin saberlo?
De vez en cuando necesitamos un espejo, que nos haga ver en lo que nos convertimos cuando no nos damos cuenta.
-Iris.
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"Las noches de insomnio y poesía"
PoetryMientras escribía esto aprendí una cosa. En las noches es donde vive el insomnio, y ahí, es donde nace la poesía.