Honey Kisses |horan|

Capítulo 12.

Niall Horan. ¿Acaso podría ser más perfecto? ¿Podría otro nombre hacerme sonreír de la forma en que lo hacía en este momento? No creo. Con sólo ver sus ojos mi corazón latía a mil por hora y su sonrisa contagiaba la mía de una forma inexplicable.
Habían pasado apenas dos días desde que sabía de su existencia, pero no necesité más para enamorarme de esos ojos celestes, esa sonrisa perfecta, ese cabello que se perdía con los rayos del sol de media tarde. ¡Era increíble; estaba enamorada!

Mi vista se hallaba perdida entre los árboles que se asomaban desde mi ventana. Todas esas ramas y hojas moviéndose producto del suave viento del mediodía, el sol que comenzaba a aparecer cada segundo un poco más, todo eso lograba relajarme y hacerme olvidar todo lo que había pasado hace casi una hora atrás.
-¡_______!-alguien gritó en mi oído, provocando que gritara y quedara casi pegada al techo.
-¡Mierda!-di media vuelta rápidamente-. ¡Zayn, ¿qué haces aquí?!
-¿No me sentiste entrar?-se carcajeó.
-Claro que no. Me diste un susto horrible.
-Lo siento, en serio, pero es que no pude evitarlo.
Su mano se posó en mi hombro con delicadeza, con la misma que Louis solía tratarme; al parecer, algo sí tenían de parecido estos chicos.
-No te preocupes-bajé la vista en una risa-. ¿Qué ocurre?
-Es hora de comer, vamos.
Lo olvidaba. Tenía una casa por cuidar y una madre a quien llamar.
-No puedo, debo irme. Mi mamá me matará-reí-. Volveré uno de estos días.
-Oh, por favor, no creo que pueda pasarte nada-hizo pucheritos cual perrito bajo la lluvia.
-Zayn, lo siento. Debo irme.
-Está bien-bajó la vista y posó su mano alrededor de mi cintura-. Bajemos.
Asentí en una amplia sonrisa al notar otra en Zayn. Me sentía en total confianza con él, aunque apenas hubiéramos hablado, pero era imposible no reírse con un chico tan simpático como Zayn.
Bajamos las escaleras y acaparamos la atención de todos los presentes en la sala, quienes eran Harry y Niall. Ambos se encontraban a centímetros de distancia, y noté cómo los ojos de Niall despedían llamas. ¿Qué está pasando aquí?
-Por favor, ella no se negó-exclamó Harry apuntándome.
Mi mirada se cruzó despreciablemente con la mía; sólo esquivé sus ojos y posé los míos sobre el rubio irlandés.
-Harry, no me hagas decirlo aquí-amenazó Niall.
-¿Decir qué? ¿Decir que ________ no me negó un sólo beso? ¿Que ella no se detuvo en ningún momento? Por favor, Niall, sabes que ella también me besó.
Zayn me miró totalmente confundido. Mis nervios, rabia, tristeza y desesperación me comían viva, pero no podía hacer nada para callar al tarado éste, pues en parte tenía razón: no me negué a nada.
-¡Harry, deja tus mentiras de lado, por favor!-exclamé sin pensarlo. Me acerqué a él-. Todos aquí sabemos qué es lo que pasó. Tú me pedía más, tú me querías llevar a mi habitación. Yo te dije que no me gustabas, ¿y qué hiciste? no tomarme en cuenta, así que no vengas con tus falsas excusas.
Ninguno dijo nada; simplemente miraban al suelo, o al techo de vez en cuando, sin saber qué decir en lo absoluto. Noté cómo Niall mordía su labio inferior y entrelazaba sus manos en su nuca, intentando controlarse.
Sólo atiné a mirar a Zayn en una forzada sonrisa justo antes de escapar de la casa aparentando toda la calma del mundo. Pero éste era el momento en que menos calma podría tener, donde todo mi pequeño mundo, llamado Niall se derrumbaba de a poco gracias a todo lo que había hecho antes.
Mis manos se refugiaron en sus bolsillos tímidamente, mientras que mis pensamientos creaban una carta para Niall, una misma carta que quizás sería entregada algún día.
"Niall, te amo..."